Esto debido a que los programas de actualización y mejoramiento
profesional se enfocan en el alza de los salarios más que en la calidad de
los docentes (Arnaut).
Según la OCDE México es uno de los países que peor paga a
sus profesores, el quinto lugar en específico, con un salario promedio
de $18,000 mensuales, aunque en realidad los docentes de nivel básico
y de zonas rurales tienen una paga mucho menor (Villamil, 2013).
Sin embargo, dicha cifra parece ser algo optimista, pues según el sitio
Mi salario.org va desde los $8,000 a los $13,000 aproximadamente.
Además, señala que la permanencia llega hasta los 20 años y, aunque
después el porcentaje baja, esto indica que es un trabajo constante y
el programa de pensiones se hace efectivo. Otras ventajas son que las
escuelas suelen dar bono de fin de año y computadora para casa como
prestaciones. Asimismo, a nivel jerárquico, un docente o un investigador
tiene posibilidades de ocupar cargos de poder y puede aspirar a un
ascenso, como se mencionaba anteriormente. No obstante, Anaut afirma
que la movilidad hacia los puestos mayores es mucho menor a los
cambios de plaza a zonas rurales, por lo que las promesas de ascenso son
realmente pocas.
La estabilidad del salario y las condiciones de trabajo son los
incentivos que hacen caer a los egresados de licenciaturas especializadas
(como lingüística y literatura) en la docencia, y al ver en ésta su única
salida laboral. Si bien tienen muchos beneficios, con la nueva reforma se
han reducido.
La incapacidad del gobierno por conducir, planear y gestionar
a las instituciones educativas dio pie a un crecimiento anárquico de
las mismas, lo que provocó una alta demanda de maestros y a su
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