- Esos son mitos televisivos… Hace más daño el alcohol y la Coca
Cola.
- El bebé puede sufrir daños, lo leí, estoy segura.
- Ahora crees en supercherías, pensé que esto era la felicidad…
para los dos. -Cristóbal perdía los estribos
- Lo es. Te juro que lo es.
- Entonces no me dejes solo. Métete una línea. –la jaló del cuello
hacia el espejo que estaba en la mesita de centro.
- Sólo un poco, para relajarme. Tu hijo no me deja de joder todo el
día.
- ¿Qué fue eso? –Jandra inhaló un poco y tiró el resto de la línea
pensando que Cristóbal no se daría cuenta.
- ¿Te burlas de mi?
- ¿Qué cosa?, -dijo Jandra sonriendo, y pasándose el antebrazo en
la punta de la nariz.
- Botaste la línea… ¿te estás burlando?
- No, cómo crees.
- Puta madre, Jandra. ¿Me vas a abandonar ahora? ¿a mí, que
siempre te he cuidado? ¿ahora resulta que sólo tú te preocupas
por el bebé? –y con las dos manos la tomó del rostro, y con un
movimiento rápido la atenazó del cabello, jalándoselo hacia
atrás, porque Jandra quiso soltarse y manoteaba. Sometida, fue
arrodillándose con lentitud, implorando.- Siempre he estado para
ti. –remató Cristóbal, con los ojos inundados.
- No es eso, no es eso. Suéltame, me lastimas.
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- ¿Te lastimo?, ora me acusas de que te lastimo. ¿No te invité a