LETRINA LETRINA # 10 Noviembre - diciembre 2013 | Página 22
en las manos. El sonido llegaba amortiguado a mis oídos como
si me encontrara en el interior de una cámara estanca, me costó
concentrarme en lo que decían hasta que lo discerní.
Un peso se alivió en mi corazón pero eso no me hizo sentir más
ligero sino que me obligó a postrarme de rodillas en el movedizo
suelo de la trinchera. De la camisa de mi compañero caído asomaba
un pequeño escrito, con mano temblorosa lo conseguí rescatar de
entre sus sucias prendas, lo alisé un poco para encontrar un pequeño
poema, si podía llamársele así a ese par de versos torcidos.
Cuando mi alma alcance el reposo deseado
me convertiré en un simple pensamiento.
Acabaré por siempre encomendado
a madre Tierra, a padre Tiempo.
El cielo se había despejado dejando paso a un cielo de un azul tan
puro que no es comparable ya que nunca había sido y nunca volverá
a ser, cerré los ojos mientras las lagrimas corrían por mis mejillas
para encontrase con una melancólica sonrisa.
-Madre, vuelvo a casa-
Entonces la lluvia cesó.
Jorge Holgado Torres
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