Lenguas Indígenas en Riesgo. Kiliwas Cantos de Trinidad Ochurte. Primera edición, 2006 | Page 39
Nació el 8 de junio de 1922, en un sitio llamado J’ñieel Ja’, en el corazón del
principal asentamiento de los kiliwa, en Arroyo de León. Murió el 6 de agosto
de 1994 a los 74 años de edad, víctima de cáncer en el páncreas. Con su muerte
también se fue el último cantante tradicional kiliwa.
Fue descendiente directo de dos linajes, el de Arroyo Grande (Chuwilo Tay
Ipaa Kuwaa), por parte de los Ochurte, y el de Arroyo de León (Jpókol Kuwaa),
por parte de los Espinoza. Sus abuelas paterna, Juana Cañedo, y materna, Tomasa
Cañedo, pertenecían al clan familiar Koal Uwil (“cuero duro”) de los paipai. Sus
abuelos, Enrique Ochurte y José Espinoza, eran kiliwas.
Fueron sus padres Silverio Ochurte Cañedo y María Espinoza Cañedo,
ambos nacidos en Arroyo de León. Tuvo cinco hermanos, Jorge, Rodolfo,
Teodoro, Ceferina y José, quien es el único sobreviviente de la familia. Desde su
bisabuelo Luciano Espinoza, hasta su hermano Cruz, se mantuvo el mando de
la tribu. Con la renuncia de Cruz terminó la hegemonía en el cargo de capitán
tradicional, el cual funcionó hasta 1986, dando paso al comisario ejidal como
máxima autoridad de la comunidad.
A la edad de siete años, Trinidad y su familia se mudaron al aguaje de La
Parra, propiedad de su tío Emiliano Ochurte, quien antes de morir les legó la
propiedad. Ahí creció junto con sus hermanos, y fueron educados en el más
estricto estilo tradicional de los kiliwa.
Sus padres y abuelos le proporcionaron los conocimientos de su cultura,
incluyendo su lengua materna. A Trinidad le tocó vivir con las costumbres
que muchos antropólogos llaman “cultura fosilizada”, en la que se dependía
de los recursos naturales silvestres, como la recolección de miel, la caza de
fauna mediante el uso del arco y flecha, así como de la pizca de diversos frutos
silvestres que abundan en le montaña y el desierto.
Desde muy joven se vio afectado por cataratas, mal que lo privó de la vista
durante siete años, entre 1957 y 1964, hasta que un grupo de médicos altruistas
norteamericanos se enteraron de su problema y fueron por él a su ranchería, a
donde sólo se podía llegar a pie o en caballo. Los médicos le informaron que
su padecimiento era curable, que si aceptaba operarse ellos mismos regresarían
a más tardar en un mes; regresaron en menos de 15 días y lo trasladaron a un
hospital de Loma Linda, California, donde fue operado exitosamente.
Trinidad tenía una gran voz, por lo que desde los 15 años se interesó en el
canto tradicional y empezó a cantar haciendo segunda a su padre y a su tío
Emiliano Ochurte. Al principio lo hacía en las fiestas familiares que se realizaban
en su ranchería de La Parra. Era tradición hacerlas los días 15 de agosto, 16 de
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