Lenguas Indígenas en Riesgo. Kiliwas Cantos de Trinidad Ochurte. Primera edición, 2006 | Page 23
La memoria de los
antepasados 17
de los ko’lew
Soy Teodoro Ochurte Espinoza, nací en Arroyo de León, poblado kiliwa, hace
mucho tiempo, casi 100 años.
Antes la gente vivía en Arroyo de León y en La Parra, se comía atole, maíz,
pinole de maíz y de bellota que traíamos en diciembre de la sierra. Actualmente
en la comunidad sólo hay trabajo en el cerco. Antes trabajamos en la vaquereada.
Corríamos ganado del rancho Meling a la sierra para San Pedro, antes esas
tierras eran de nosotros, ahora ya no hay nada, pero todavía están las mojoneras
de Cerro Gordo, allá en San Pedro Mártir (El Piñonal), La Cieneguita y Santo.
Antes se organizaban todas las familias y se iba toda la comunidad a El
Piñonal. Se quedaba alguien a cuidar el rancho, las mujeres molían en metate
el piñón y la bellota, los hombres bajaban el piñón de los árboles y lo tatemaban
y los niños, a comer. Me platicaba la gente mayor que antes esto se llamaba Los
Albérchigos.
Entre los kiliwa y los paipai siempre ha existido mucho contacto, el Trini
canta en paipai, él iba mucho a Santa Catarina, también se casan mucho entre
los kiliwa y los paipai.
Antes para ir al Valle de la Trinidad se iba en burro o a caballo, la carretera
tiene como 12 años, lo que se quería vender se sacaba en burro de carga, ahora
ya es más fácil. Antes se vendía el piñón, más antes vendíamos en el Álamo,
llevábamos la carga para allá y ahí nos la compraba un chino en una tienda muy
grande que había entonces, de Álamo traíamos harina, chuqui, arroz, nopal,
frijol. Íbamos por costales de comida. Ahora en carro vamos más seguido, pero
ya no hay crédito. Nosotros tenemos como 20 chivas, esperamos que nazcan y
luego las vendemos, con eso compramos víveres y cerveza. Las chivas vienen
y las compran de Ensenada, las vendemos en 100 mil 18 para arriba.
En el Tepi hay mucha agua, cuando teníamos esas tierras sembrábamos
maíz, frijol y todo eso, ahora no hay agua, no hay nada… ellos tienen todo. Para
sembrar se compra la semilla en el Valle de la Trinidad, en la tienda, ahí tienen
todo, hasta crédito nos dan.
Antes el pueblo se organizaba diferente, tenemos cinco años que está
organizado como ejido. Antes era mejor. El trabajo era para todos, en ejido es
más trabajoso, no hay maquinaria, ni agua, ni para sembrar, mucho trabajo. Hay
tierra pero no hay agua, se necesita un pozo del gobierno.
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Teodoro Ochurte Espinosa, “Narraciones del CONAFE ”, 1992, inéditas.
Cien mil viejos pesos mexicanos.
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