Las suites tienen dimensiones, decoración y tecnología acordes con sus precios. Las más pequeñas ocupan 169m2. Visitar el Burj-al-Arab sin quedarse mucho más de unas horas en el interior cuesta US$150 dólares. Hay suites mucho más caras, cuyo precio, por sólo una noche puede llegar a los US$15.000.
En todas las suites el equipamiento básico se maneja con censores de última generación e incluye sonido envolvente, televisores de pantalla de plasma de 42 pulgadas, estéreo, minibar computadora portátil, fax, acceso a Internet y casi todo lo imaginable. Sí, hasta un cine privado. Para llegar Burj-al-Arab se puede utilizar un helicóptero o uno de los diez Rolls Royce blancos que posee el hotel. Una vez allí, hay seis restaurantes y bares, un Spa & Health Club y un espacio especial para los más chicos, entre otras comunidades.
Dos de los seis restaurantes merecen especial atención. El Al Muntaha está a 212 metros sobre el golfo y ofrece una vista impactante de Dubai. El Al Mahara, en la planta baja, posee un acceso que simula un viaje submarino gracias a un tanque de acrílico que contiene casi un millón de litros de agua. Ofrece un menú basado en frutos del mar y está considerado como uno de los diez mejores restaurantes del mundo.
Como si todo esto fuera poco, los huéspedes pueden contratar safaris al desierto, que incluyen travesías en modernas camionetas de doble tracción y cenas en carpas instaladas al mejor estilo de los beduinos.