nosotros”-. EUCARISTÍA era para ella el de una persona que quiso, ante todo,
COMPROMISO por los demás. SE contribuir a la construcción del “cuerpo de
AMA A DIOS EN LA MEDIDA QUE SE Cristo”: la Iglesia, el Instituto, la
AMA A LOS HOMBRES. comunidad.
En coherencia con su
comprensión
profunda
Desde su primera juventud había
del
misterio
unido el gozo del encuentro íntimo con eucarístico, Rafaela María llegaría a
Dios a las exigencias de entrega a los convertirse en auténtica maestra en la
demás. Aun antes de la fundación del misión de reconciliación, aunque empleó
Instituto, cuando en Pedro Abad vivía, pocas veces ese término; se refirió en
junto a su hermana, una etapa que cambio al asunto con otras muchas
podríamos denominar “tiempo de servir”, palabras: Conciliar, comprender, confiar...
después de participar cada día en la Misa Olvidar ofensas y perdonar. Perdonar
parroquial, hacía una ronda por los siempre. Creer que todavía es posible lo
“márgenes”: visitaba y ayudaba a los imposible. Estar siempre dispuesta a
pobres y enfermos del pueblo. Y es que la volver a empezar. Vivió de la Eucaristía,
Eucaristía, memoria del “amor hasta el que hace poderosa en nosotros la muerte
extremo”, predisponía en ella la actitud del Señor Jesús y nos capacita para amar
vigilante, mantenía abiertos sus ojos y su hasta el final, para ser personas de
corazón hacia aquellos que Cristo ha “misericordia
amado con preferencia. com+pasivos. ( Adorar con Sta. Rafaela ,
Amar hasta dar la vida, amar hasta
entrañable” ,
para
ser
Inmaculada Yáñez).
el extremo. Y no fueron simplemente Rafaela María siempre intentó darle
palabras. Su lucha por conciliar y pacificar la vuelta a las situaciones de dolor y
ánimos turbados era la toma de conciencia sufrimiento propias y ajenas.