1036
Sábado 5 enero 2008
tando y ampliando las experiencias formativas que niños
y niñas han adquirido en el marco familiar. La comunicación y la coordinación permanente con las familias es
imprescindible si se pretende que la acción educativa
tenga resultados valiosos. Los valores educativos y los
aprendizajes que se promueven desde la institución escolar llegan a integrarse sólidamente en la vida infantil
cuando se produce una continuidad entre el hogar y la
escuela. En aquellos contextos donde resulte especialmente necesario, sería tarea fundamental que el equipo
docente pudiera actuar dando a conocer el modelo educativo, intentando convencer de la necesidad de colaboración entre la familia y la escuela, mediante el diálogo, la
comunicación y la opinión profesional, para favorecer su
implicación activa. Efectivamente resulta especialmente
necesario que el equipo docente busque la manera más
adecuada a cada contexto de dar a conocer y compartir
con las familias el modelo educativo. Para ello es esencial
el diálogo, la comunicación y el establecer cauces y formas de participación de las familias en el centro y de relación entre padres y educadores. En este sentido las tecnologías ofrecen nuevas posibilidades para que las familias
obtengan y aporten información, por ejemplo, a través de
las páginas Web de los centros escolares.
Conocer las características de cada familia y algunos
de sus referentes culturales, facilitará una mejor colaboración y redundará en un mejor desarrollo de niños y niñas.
Por último, cabe señalar que la acción educativa trasciende el marco escolar y debería convertirse en una
responsabilidad compartida con instituciones, asociaciones u otros colectivos sociales. La escuela debería favorecer esa permeabilidad con su contexto social, para
hacer de la educación una tarea de todos, coordinar la
acción educativa en un clima de respeto y compromiso
es una práctica inherente a los principios metodológicos
expuestos.
La evaluación como observación de procesos.
La evaluación en Educación infantil ha de vincularse al
desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje y ha de
constituir una práctica habitual para valorar los avances
que se producen como resultado de la acción didáctica.
La diversidad en cualquier grupo y en cualquier etapa
educativa siempre es un hecho, pero en Educación infantil los grupos son extraordinariamente diversos, de ahí la
necesidad de observar los avances desde el punto de partida de cada niño, las estrategias personales que moviliza,
las dificultades que encuentra y los recursos de que dispone para superarlas, para ajustar permanentemente la
intervención didáctica.
La evaluación, aunque atiende a los progresos del
grupo, ha de ser individualizada y se plantea como un
proceso continuo, permanente, que aporta datos cualitativos y explicativos sobre los procesos seguidos por el
niño en los diferentes ámbitos de aprendizaje. De ahí la
importancia de realizar una evaluación inicial que recoja
informaciones referidas a las circunstancias personales y
sociales, así como una evaluación continua que recoja
todos aquellos datos que ayudan a planificar las intervenciones que estimularán el progreso de niños y niñas.
En este proceso es importante la relación constante
con las familias para coordinar las actuaciones y unificar
criterios de actuación. En este sentido, las técnicas de
evaluación más adecuadas para esta etapa son las entrevistas con los padres y la observación directa y sistemática del niño. Es importante dotarse de criterios claros
para observar qué saben hacer los niños, qué y cuánta
ayuda necesitan y cómo están evolucionando. Este ajuste
entre lo que el niño puede y aquello que se pretende que
adquiera, requiere una intervención cuya eficacia se basa,
BOE núm. 5
en gran parte, en el conocimiento del niño y de la ayuda
educativa que precisa. De ahí la importancia de una adecuada evaluación de su nivel de partida y de sus posibilidades.
La acción educativa, orientada por este conjunto de
principios, servirá para que los niños comiencen el desarrollo de las competencias básicas mediante la práctica
del pensamiento crítico, la creatividad, la iniciativa, la
solución de problemas, la toma de decisiones, el control
de las emociones y el asumir riesgos, componentes
importantes de todas ellas.
En síntesis, la escuela infantil debe convertirse en un
lugar donde los niños que a ella asisten se sientan queridos y estimulados. Para ello conviene crear un ambiente
motivador y rico en estímulos, el ambiente que necesita
para crecer, en compañía de los demás.
223
RESOLUCIÓN de 28 de diciembre de 2007, de
la Presidencia del Consejo Superior de Deportes, por la que se aprueba la lista de sustancias
y métodos prohibidos en el deporte.
El artículo 12 de la Ley Orgánica 7/2006, de 21 de
noviembre, de protección de la salud y de lucha contra el
dopaje en el deporte, establece la obligación del Consejo
Superior de Deportes de publicar en el «Boletín Oficial del
Estado», mediante Resolución de su Presidencia, la lista
de sustancias y métodos prohibidos en el deporte cuando
se introduzcan cambios en la misma. Asimismo, el citado
artículo prevé que dicha publicación se realizará en el
marco de los compromisos y obligaciones internacionales asumidos por España, y, en particular, en el marco de
la Convención Antidopaje de UNESCO.
De acuerdo con el procedimiento específico del
artículo 34 de la Convención Internacional contra el
dopaje en el deporte, hecho en París el 18 de noviembre
de 2005 (publicado en el «Boletín Oficial del Estado» de 16
de febrero de 2007), la Conferencia de las Partes de la
Convención ha \