Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 51

—No abrí la boca. Me pegó porque le miraba. La pelea ya estaba hecha y el Moñigo llevaba, además, la razón en cuanto que el otro había golpeado a su amigo sólo por mirarle, es decir, según las elementales normas del honor de los rapaces, sin motivo suficiente y justificado. Y como la superioridad de Roque, el Moñigo, en aquel empeño era cosa descontada, siempre concluían sentados en el "campo" del grupo adversario y comiéndose sus avellanas. 51