Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 24
Manco, por cinco céntimos, no les daba más que conversación.
La tasca de Quino, el Manco, se hallaba casi siempre vacía. El Manco era generoso
hasta la prodigalidad 81 y en los tiempos que corrían resultaba arriesgado ser
generoso. En la taberna de Quino, por unas causas o por otras, sólo se despachaba
ya un pésimo vino tinto con el que mataban la sed los obreros y empleadas de la
fábrica de clavos, ubicada quinientos metros río abajo.
Más allá de la taberna, a la izquierda, doblando la última curva, se hallaba la
quesería del padre del Mochuelo. Frente por frente, un poco internada en los
prados, la estación y, junto a ella, la casita alegre, blanca y roja de Cuco, el factor.
Luego, en plena varga 82 ya, empezaba el pueblo propiamente dicho Era, el suyo, un
pueblecito pequeño y retraído 83 y vulgar. Las casas eran de piedra, con galerías
abiertas y colgantes de madera, generalmente pintadas de azul. Esta tonalidad
contrastaba, en primavera y verano, con el verde y rojo de los geranios que
infestaban galerías y balcones.
La primera casa, a mano izquierda, era la botica. Anexas 84 estaban las cuadras,
las magníficas cuadras de don Ramón, el boticario—alcalde, llenas de orondas 85 ,
pacientes y saludables vacas. A la puerta de la farmacia existía una campanilla,
cuyo repiqueteo 86 distraía a don Ramón de sus afanes municipales para
reintegrarle, durante unos minutos, a su profesión.
Siguiendo varga arriba, se topaba uno con el palacio de don Antonino, el marqués,
preservado por una alta tapia de piedra, lisa e inexpugnable 87 ; el tallercito del
zapatero; el Ayuntamiento, con un arcaico escudo en el frontis; la tienda de las
Guindillas y su escaparate recompuesto y variado; la fonda, cuya famosa galería
de cristales flanqueaba dos de las bandas del edificio; a la derecha de ésta, la
plaza cubierta de boñigas y guijos y con una fuente pública, de dos caños, en el
centro; cerrando la plaza, por el otro lado, estaba el edificio del Banco y, después,
tres casas de vecinos con sendos jardincillos delante.
Por la derecha, frente a la botica, se hallaba la finca de Gerardo, el Indiano, cuyos
árboles producían los mejores frutos de la comarca; la cuadra de Pancho, el
Sindiós, donde circunstancialmente estuvo instalado el cine; la taberna del Chano;
la fragua de Paco, el herrero; las oficinas de Teléfonos, que regentaban 88 las
81 Prodigalidad: Profusión, desperdicio, consumo de la propia hacienda, gastando excesivamente
82 Varga: Parte más pendiente de una cuesta
83 Retraído: Poco comunicativo o tímido
84 Anexo: unido o agregado a alguien o algo
85Orondo: Hueco, hinchado, esponjado
86 Repiqueteo: Hacer ruido golpeando repetidamente sobre algo
87 Inaccesible o de acceso muy difícil
88 Regentar: Desempeñar temporalmente ciertos cargos o empleos
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