Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 183

Cuando quisiera volver de la ciudad de progresar, la Mica, de seguro, habría perdido el cutis y tendría, a cambio, una docena de chiquillos. Ahora se encontraba con la Uca—uca con más frecuencia y ya no la rehuía 654 con la hosquedad 655 que lo hacía antes. —Uca—uca, ¿cuándo es la boda? —Para julio. —Y tú, ¿qué dices? —Nada. —Y ella, ¿qué dice? —Que me llevará a la ciudad, cuando sea mi madre, para que me quiten las pecas. —Y tú, ¿quieres? Se azoraba la Uca—uca y bajaba los ojos: —Claro. El día de la boda Mariuca—uca no apareció por ninguna parte. Al anochecer, Quino, el Manco, se olvidó de la Guindilla mayor y de todo y dijo que había que buscar a la niña costara lo que costase. Daniel, el Mochuelo, observaba fascinado los preparativos en su derredor. Los hombres con palos, faroles y linternas, con los pies embutidos en gruesas botas claveteadas que producían un ruido chirriante al moverse en la carretera. Daniel, el Mochuelo, al ver que se pasaba el tiempo sin que los hombres regresaran de las montañas, se fue llenando de ansiedad. Su madre lloraba a su lado y no cesaba de decir: "Pobre criatura". Por lo visto 654 655 Retirar , apartar algo como con temor , sospecha o recelo de un riesgo . U. t. c. intr. y c. prnl. Cualidad de hosco 183