Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 158

le costase un esfuerzo desplazar a cada paso el volumen de aire que necesitaba su cuerpo. Una completa calamidad. Claro que hasta el más simple sirve para algo y Trino, el Sacristán, era casi un virtuoso tocando el armonio 583 . Ante la reprimenda del párroco, Trino humilló los ojos y sonrió bobamente, contristado 584 . Al cura le asistía la razón, pero ¡caramba!, aquella mujer de la película tenía unas pantorrillas admirables, como no se veían frecuentemente por el mundo. El pueblo acogió con destemplanza 585 las bombillas distribuidas por la sala y encendidas durante la proyección. El primer día las silbaron; el segundo las rompieron a patatazos. La comisión se reunió de nuevo. Las bombillas debían de ser rojas para no perturbar la visibilidad. Mas entonces la gente la tomó con los cortes. Fue Pascualón, el del molino, quien inició el plante. —Mire, doña Lola, para mí si me quitan las piernas y los besos se acabó el cine — dijo. Otros mozos le secundaron. —O dan las películas sin cortar o volvemos a los bosques. Otra vez se reunió la comisión. Don José, el cura, estaba excitadísimo: —Se acabó el cine y se acabó todo. Propongo a la comisión que ofrezca el aparato de cine a los Ayuntamientos de los alrededores. La Guindilla chilló: —Venderemos una ocasión próxima de pecado, don José. El párroco inclinó la cabeza, abatido. La Guindilla tenía razón, le sobraba razón esta vez. Vender la máquina de cine era comerciar con el pecado. 583 Órgano pequeño , con la forma exterior del piano , y al cual se da el aire por medio de unfuell e que se mueve con los pies . 584 Entristecido 585 Desorden , alteración en las palabras o acciones , falta de moderación . 158