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Ante la reprimenda del párroco, Trino humilló los ojos y sonrió bobamente,
contristado 511 . Al cura le asistía la razón, pero ¡caramba!, aquella mujer de la película
tenía unas pantorrillas admirables, como no se veían frecuentemente por el mundo.
El pueblo acogió con destemplanza 512 las bombillas distribuidas por la sala y
encendidas durante la proyección. El primer día las silbaron; el segundo las rompieron
a patatazos. La comisión se reunió de nuevo. Las bombillas debían de ser rojas para
no perturbar la visibilidad. Mas entonces la gente la tomó con los cortes. Fue
Pascualón, el del molino, quien inició el plante.
—Mire, doña Lola, para mí si me quitan las piernas y los besos se acabó el cine —dijo.
Otros mozos le secundaron.
—O dan las películas sin cortar o volvemos a los bosques.
Otra vez se reunió la comisión. Don José, el cura, estaba excitadísimo:
—Se acabó el cine y se acabó todo. Propongo a la comisión que ofrezca el aparato de
cine a los Ayuntamientos de los alrededores.
La Guindilla chilló:
—Venderemos una ocasión próxima de pecado, don José.
El párroco inclinó la cabeza, abatido. La Guindilla tenía razón, le sobraba razón esta
vez. Vender la máquina de cine era comerciar con el pecado.
—Lo quemaremos entonces —dijo, sombrío.
Y al día siguiente, reunidos en el corral del párroco los elementos de la comisión, se
quemó el aparato proyector. Junto a sus cenizas, la Guindilla mayor, en plena fiebre
inquisidora, proclamó su fidelidad a la moral y su decisión inquebrantable de no
descansar hasta que ella reinase sobre el valle.
se mueve con los pies .
511
Entristecido
512
Desorden , alteración en las palabras o acciones , falta de moderación .