Leemos el camino segundo A leemos el camino A con introducción | Page 140

—Los hombres que van buscando la mujer se casan en primavera; los que van buscando la fregona se casan en invierno. No falla nunca. A la Nochebuena siguiente, la Sara estaba de muy buen humor. Desde que se hiciera novia del Peón se había suavizado su carácter. Hasta tal punto que, desde entonces, sólo dos veces había encerrado al Moñigo en el pajar para leerle las recomendaciones del alma. Ya era ganar algo. Por añadidura, el Moñigo sacaba mejores notas en la escuela y ni una sola vez tuvo que levantar la Historia Sagrada, con sus más de cien grabados a todo color, por encima de la cabeza. Daniel, el Mochuelo, en cambio, sacó bien poco de todo aquello. A veces lamentaba haber intervenido en el asunto, pues siempre resultaba más confortador 493 sostener la Historia Sagrada viendo que el Moñigo hacía otro tanto a su lado, que tener que sostenerla sin compañía. El día de Nochebuena, la Sara andaba de muy buen talante 494 y le preguntó al Moñigo mientras daba vuelta al pollo que se asaba en el horno: —Dime, Roque, ¿escribiste tú una carta al maestro diciéndole que yo le quería? —No, Sara —dijo el Moñigo. —¿De veras? —dijo ella. —Te lo juro, Sara —añadió. Ella se llevó un dedo que se había quemado a la boca y cuando lo sacó dijo: —Ya decía yo. Sería lo único bueno que hubieras hecho en tu vida. Anda. Aparta de ahí, zascandil 495 . Que tranquiliza,ayuda Voluntad, deseo, gusto 495 Persona de poca formalidad, inquieta y enredadora 493 494