Lascivia No 63 Enero 2020 Lascivia 63 Enero 2020 | Page 342
Me sentía una niña indefensa ante esta macho Alfa, pero me cautiva-
ba esa situación, me entregaba sin ningún tipo de pretextos, a la vez de
agacharme más, con mi rostro en la hierba elevando mi pomposo culo.
No sé qué paso, pero sentí mi ano ser penetrado, traté de intentar de-
tener, pero la forma de tenerme apresada, mas su rapidez en bombear-
me no me dio tiempo en evitar esa penetración anal, que en escasos se-
gundos, ya había quedado su falo empotrado en mi recto con su bola
trabando la salida. Sintiendo como su verga se había incrustado en mí
recto, sintiendo sus palpitaciones oprimiendo la membrana de mi intes-
tino, en un roce frenético y desmedido. Me sentí ultrajada por la situa-
ción, y hasta lloriquee, me había desvirgado analmente, algo imprevis-
to, parecía partir mi culo.
Realmente me asusté y estaba algo arrepentida por la situación, aun-
que aun no pasaba lo peor, cuando sentí su esperma regar mi recto, algo
que me perturbo, pero su bola había que dado trabada, sin posibilidades
de deslizarse.
Me dolía y más cuando trataba de sacarlo, ese grueso paquete incrus-
tado en mi recto, comenzó a preocuparme, hasta que en determinado
momento se giro y nuestros culos quedaron adosados, posición que tra-
taba de caminar llevándome a la rastra mientras su miembro trabado en
mi culo era imposible de zafar.
El resto de los perros observaban sin tratar de participar, cuando veía
como uno de ellos desgarraba mi bombacha, posiblemente por su im-
potencia de participar, y en demostración de rabia, mi sostén había
desaparecido.
Pero mi cabeza comenzó a dar vueltas, recapacitando hasta cuando
quedaríamos así, ya estaba atardeciendo, pensaba en que podía apare-
cer alguien o mis tíos a buscarme, sin poder remediarlo me puse a llorar,
sumado a esto, algunos de los perros trataban de montarme o lamerme.
Era obvio que llorase, era una adolescente estúpida, falta de experien-
cia, y desconocimiento, en un bosquecito, pronto a anochecer, rodeado