Las Mujeres y sus Valiosos Derechos REVISTA DIGITAL FORMATO PDF | Page 12

públicas con carácter inclusivo, democrático y equitativo, no se ha podido romper con la cultura patriarcal impuesta en la sociedad desde la época de la colonización y por esto se conservan sutiles formas, y otras no tan sutiles, de dominación, violencia y exclusión. Se puede afirmar que el recorrido de estos objetivos ha sido una historia de luces y sombras, ya que se han conseguido importantes éxitos, pero también ha habido otros puntos en los que claramente se ha fracasado; porque en algunos, los resultados actuales ni se acercan a los esperados. Los abusos en contra de la mujer van en aumento; así como también en otras partes del país, las mujeres también son víctimas de métodos represivos particulares, tales como la violación sexual y sin duda la discriminación cotidiana por parte de sus jefes en el trabajo, sus esposos e incluso las mismas autoridades. Según la ley, mujeres y hombres son iguales porque, ante todo, somos seres humanos, así lo establece nuestra Constitución en las garantías individuales que otorga. Por eso, todos los venezolanos contamos con estos derechos fundamentales. El hecho de ser mujer no significa que no se tengan los mismos derechos que los hombres desde que nacen hasta que mueren. Sin embargo, muchas personas, sobre todo hombres, no reconocen y mucho menos respetan sus derechos. Cualquier persona, independientemente de su edad, sexo, religión, cultura, raza, origen y característica física posee el valor universal de la dignidad y de ella nacen todos los derechos que le permitirán vivir y desarrollarse plenamente como hombre o mujer. Ser persona le otorga una dignidad y cualquier acto que denigre, ofenda, maltrate, humille, exponga, restringa la libertad y la autonomía, está alterando la dignidad y el desarrollo integral de ese ser humano. Entonces cabe generalizar al decir que todas las personas son dignas, tienen derechos, y por ello deben ser tratadas con respeto. Sin embargo, y desgraciadamente, en algunas sociedades y culturas, las mujeres carecen de reconocimiento y por lo tanto han sido discriminadas y relegadas a un trato desigual; también el arraigo de prácticas y actitudes de sometimiento femenino, generan injusticia y desigualdad entre hombres y mujeres. Por lo anterior y mucho más es necesario distinguir que las mujeres y los hombres son diferentes, y tienen capacidades y necesidades distintas. Pero ser diferente no quiere decir ser inferior, ni siquiera cuando, a causa de la diferencia, se es, en algo más frágil o sensible. Diariamente somos testigos mudos de ésta problemática que desafortunadamente embarga mundialmente al sexo femenino. Poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que además es crucial para acelerar el desarrollo del país y el cual aumentaría más rápido con la plena participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, Además, al aumentar los ingresos del hogar procedentes de lo que ellas ganan se modifican los patrones de gasto en beneficios de las hijas e hijos. Sin embargo, las mujeres aún no tienen una participación plena en el trabajo y no gozan de igualdad monetaria en