Las Hurdes, Tierra sin pan (1933):Notas sobre el documental de Buñuel | Page 2
Las Hurdes, Tierra sin pan: surrealismo, crítica social y arqueología de la
historia. Apuntes sobre el documental de Buñuel
1. LA SITUACIÓN DEL CINE EN LA ESPAÑA DE LOS AÑOS TREINTA.
1.1. La “edad de oro” del cine español y del documental europeo. La
transición del mudo al sonoro
Recién instaurada la Segunda República en 1931, tras la dimisión de Primo de
Rivera, el establecimiento de la dictablanda de Berenguer y la rebelión republicana de
Jaca, Buñuel decide volver a España. Dos años atrás había rodado su famoso díptico
surrealista, Un chien andalou (1929) y L´Âge d’or (1930), ésta última financiada por el
Vizconde de Noailles y estrenada en el cineclub Proa-Filmófono de Madrid, fue una de
las primeras películas que se rodó con sonido, anticipándose a la llegada del sonoro.
Tanto en nuestro país como en el resto de Europa y EE.UU. se estaba produciendo la
transición del mudo al sonoro y las majors empezaron a doblar versiones en español. En
España se vislumbraba la posibilidad de la creación de un mercado panhispánico: en
1931 se celebró en Madrid el Congreso Hispanoamericano de Cinematografía y también
en 1931, la distribuidora Filmófono pone en marcha un sistema de sonorización con
discos y empieza a distribuir films sonorizados. Filmófono, que además poseía una
importante cadena de salas en Madrid, empezará a producir películas en el año treinta y
cinco, con Luis Buñuel como productor ejecutivo y eventualmente como guionista e
incluso como realizador; pero hasta entonces, el Buñuel, recién llegado de Hollywood,
donde su experiencia no había sido demasiado grata, se encontraba en España
desorientado» i
Los años que precedieron a la guerra, a pesar de los cambios políticos -a la
Segunda República le siguió entre 1933-1936 el Bienio Negro, caracterizado por la
hegemonía de los partidos conservadores, que recortan las libertades y las reformas
sociales y el conflicto con los anarquistas en Casas Viejas (Cádiz)- y la poca
sensibilidad manifestada por la República hacia el cine, fueron favorables para la
industria cinematográfica en España, pues la llegada del sonoro propició el nacimiento
de un nuevo género musical con diversas facetas: opereta, zarzuela, espectáculo
arrevistado
y,
por
supuesto,
«españolada
andaluza
con
canciones»
2