Bercovitch es una soñadora empedernida que
no deja que nada la detenga. Su filosofía es
que la vida puede terminar en un instante y
por lo tanto uno debe saborear cada momento.
Cómo llevar esto a la práctica es secundario.
El día que despertó convencida de que el
periodismo era su vocación, esta nueva
inmigrante en silla de ruedas salió a golpear a
las puertas hasta que, pocos días más tarde,
consiguió un puesto en una emisora de radio
judía francesa y de allí pasó a trabajar en la televisión francesa. Al estallar la Guerra del Golfo en 1991,
estaba informando y produciendo noticias para una gran cantidad de canales de televisión extranjeros.
Un artículo que escribió para la revista Paris Match sobre un niño beduino sordo del Sinaí que se
comunica con los delfines, se convirtió en el exitoso libro El niño delfín, publicado en 17 idiomas.
Paralelamente a su carrera periodística, Pascale se retó a sí misma como atleta. Como nadadora participó
en los Juegos Paralímpicos de Barcelona en 1992 y formó parte de la delegación israelí en los Juegos
Paralímpicos de Sydney en 2000, además de producir el documental Tres centésimas de segundo, sobre
la delegación paralímpica israelí en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
En 2008, cuando tenía 40 años, el comité olímpico israelí la citó para proponerle que entrenara en un
nuevo deporte olímpico, remo. Ella aceptó el desafío y cuatro meses después estaba de camino a los
Juegos Olímpicos de Pekín, donde alcanzó lo que para ella fue el decepcionante octavo puesto.
Unos años más tarde, adoptó el ciclismo para mantenerse en forma. No pasó mucho tiempo antes de que
esta actividad de ocio se convirtiera en una ocupación más profesional. En 2013 Bercovich se clasificó
como la tercera ciclista de mano del mundo (en la categoría para atletas con discapacidad en las
extremidades inferiores). Ella alcanzó el sexto lugar en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012,
resultado que espera mejorar en los juegos de Río en el 2016. Además es aficionada implacable del
deporte extremo, disfrutando del paracaidismo, el esquí acuático y el surf.
Después de varios años, cansada de ser una trotamundos, Pascale tenía un nuevo sueño: ser madre. Su
hija mayor, Edén, tiene ya 12 años. Después de separase del padre de Edén, un periodista francés que
volvió a Francia, conoció a Oz Skop, entrenador nacional del equipo de montañismo israelí, a quien ella
llama su compañero de vida. Hace ocho años que viven juntos con su hija común Mika, de 4 años y
Edén en su apartamento de Tel Aviv, donde Bercovich ha vivido durante la última década.
Fuente:
Eren Frucht L. De la tragedia al triunfo: La antorcha que comenzó su viaje bajo las ruedas de un tren,
Haaretz, ingreso 25 de mayo 2014 de ttp://www.haaretz.com/news/independence-day/.premium1.588738
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