Jocelyn García Jiménez
gastrointestinales, que se observa no solo en los países en desarrollo, sino
también en los países industrializados. El inicio temprano de la lactancia materna
(en la primera hora de vida) protege al recién nacido de las infecciones y reduce la
mortalidad neonatal. La práctica de la leche materna está asociada con un mejor
coeficiente intelectual, mejorando el desarrollo neurológico y cognitivo, esto es a la
aportación de ácidos grasos aportados en los primeros meses de vida.
La leche materna también es una fuente importante de energía y nutrientes para
los niños de 6 a 23 meses. Puede aportar más de la mitad de las necesidades
energéticas del niño entre los 6 y los 12 meses, y un tercio entre los 12 y los 24
meses. La lecha materna también ofrece nutrientes durante las enfermedades, y
reduce la mortalidad de los niños malnutridos.
Los niños y adolescentes que fueron amamantados tienen menos probabilidades
de padecer sobrepeso u obesidad. Además, obtienen mejores resultados en las
pruebas de inteligencia y tienen mayor asistencia a la escuela. La lactancia
materna se asocia a mayores ingresos en la vida adulta. En cambio los niños
alimentados con algún suplemento presentan en su desarrollo cognitivo y social a
niños introvertidos, con problemas de afecto, tienden a ser inseguros y presentar
problemas de autoestima baja, la mayoría con problemas de déficit de atención.
Debido a que ellos no reciben la leche materna misma que tiene las vitaminas
esenciales, ácido docosahexenoico, (DHA, ácido graso omega-3) en la leche
materna, en concentraciones dependientes de la ingesta materna de ácidos
grasos. De hecho, se ha confirmado un mejor desarrollo cognitivo en hijos de
madres suplementadas con este tipo de ácidos grasos. Los ácidos grasos
polinsaturados (PUFA), especialmente DHA y ácido araquidónico, están presentes
en sistema nervioso central en muy altas concentraciones, y se sugiere que tienen
un
papel
importante
en
la
estructura
de
las
membranas
neuronales,
fundamentalmente en relación con la señalización intercelular asociada a
proteínas G.
Las medidas iniciales de inteligencia han ido evolucionando hacia pruebas
específicas que valoran determinadas habilidades y capacidades cognitivas. Los
11