La voz del Fray 2.0, 3 (06/2017) vozfray-3-2017 | Page 56

VERBA/ CREACIÓN LITERARIA NARRATIVA Jamás creí que una persona podría cambiarme tanto la vida. Tenía ocho años cuando conocí a la señora Winston, una aristócrata inglesa que había venido a Tanzania por negocios y se hospedaba en un lujoso hotel donde mi madre trabajaba limpiando. La señora Winston era una mujer de unos cincuenta años, con una abundante melena rubia que, casi siempre llevaba recogida en un moño alto y con la piel más blanca que he visto en mi vida. Nos conocimos por casualidad, yo estaba sentada en las escaleras del hotel cuando la señora Winston salió de él tan rápido, que su cartera cayó al suelo y siguió andando distraída sin percatarse de ello. Yo la recogí enseguida y corrí tras ella antes de que entrara en el coche negro en el que la esperaba su chófer. La llamé varias veces, pero se metió en el coche. Entonces di unos golpecitos en la ventanilla y la bajó. El conductor salió del vehículo escandalizado y empezó a gritarme, pero se detuvo cuando la señora Winston hizo un gesto de aprobación hacia mí. Le di la cartera desde la ventanilla, la abrió, supongo que para comprobar si su dinero seguía ahí y se quitó las gafas de sol. Sus ojos verdes me miraron con compasión y esbozó una ligera sonrisa antes de ponerse de nuevo las gafas. -Acabas de darme seis mil libras, jovencita.-me dijo e hizo una pausa.-¿Sabes?, podría darte una recompensa por esto, podría darte la mitad, eso sería bastante justo, ¿verdad?-preguntó y me encogí de hombros. Solo era una niña y, aunque sabía que mi familia tenía muchas dificultades económicas, jamás se me pasó por la cabeza robarle a la señora Winston.-Pero la honestidad no tiene precio, así que me parece más justo darte algo equivalente a ello.-mencionó, pero no supe a qué se refería.-Si quieres dejar de cuidar vacas, pásate esta tarde por el hotel, habitación ciento tres. -me propuso e hizo un gesto con el que ordenó al chófer arrancar. Yo me quedé ahí, pensativa e impactada por lo que había pasado. Ahora