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En ese momento inició una travesía de música, conocimiento y amistad. Su primer objetivo fue conseguir el color amarillo cuyo guardián era “Gumu” diminutivo del nombre que le pusieron sus humanos: Gumucio, un perro feliz alegre y creativo. Pero ¿el cómo podría escucharlas siendo tan pequeñas?
A Olga se le ocurrió que de noche podrían hacer sonar su maravillosa canción para él dentro de la casita de madera donde dormía Gumu.
Gumu interesado en los sonidos melodiosos y alegres las puso dentro de una lata para poder escucharlas mejor, cuando lo hizo escucho no solo un ritmo sino también sus voces pequeñas, voces que le imploraban con sus rimas el color amarillo a lo que Gumu les respondió
-Si en verdad quieren el color deben hacer un ejercicio antes. Dialogar entre ustedes, van a pensar cómo cambiar lo que las afecta. Ustedes deben tomar esa decisión para cambiar su entorno. Todas deben escuchar y ser escuchadas.