Al llegar de nuevo a su hogar se percataron que las hormigas vivan aún más tristes en comparación a cuando ellas habían desaparecido. Olga inicio a redoblar su hoja de trébol, las mariposas agitaban sus alas en sincronía y los demás zumbaban al compás de la música, inmediatamente una gran orquesta inundó todos los rincones del hormiguero y no solo el hormiguero, sino en todo el jardín, las hormigas que trabajaban y las que las cuidaban voltearon a mirar inmediatamente y lentamente se fueron contagiando de la música, mientras cantaban en coro:
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El color azul llegó del cielo, finalmente un hermoso arcoíris se extendió a lo largo del jardín y todos los habitantes cantaron y bailaron, Rosa escuchando esta melodía extendió sus pétalos, estaba más roja y hermosa que nunca, Olga con su iniciativa había traído equidad al jardín y se había convertido en un mejor lugar para todos y construido por todos. Finalmente vivieron felices y en armonía para siempre.