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Las hormigas y las mariposas tocaron juntas toda la noche y su música empezó a ser más popular entre las criaturas del jardín. Solamente faltaba un color, el color azul. Después de su larga travesía Olga y sus amigas volvieron tocando hacia el hormiguero, esta vez no solo en compañía de las mariposas sin también, las mariquitas, las moscas y las abejas.