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UN CANTO A LA PUENTE ARRIBA
El sol brilla en lo más alto, calentando desde arriba y así es como emergen los pueblos de La Puente Arriba.
Pueblos formados por gentes, gentes con sabiduría, que luchando desde siempre, supieron salir arriba.
Esas personas valientes, honradas y trabajadoras, son personas muy sencillas, que con su diario quehacer, consiguieron que sus tierras, les diera todo su fruto, regándolas con semillas.
Estos pueblos donde viven, llamados, La Puente Arriba
forman una comarca, integrada a la vez en otra, llamada, La Comarca de La Sidra.
Estos pueblos milenarios, ya se fueron transformando, logrando así con el cambio mayor sabiduría y encanto.
Y como todo buen hijo de Dios, se han ido encaminando hacia un mundo de ilusión, porque la vida es eso, cambio y evolución.
Atrás quedaron los años, años de penuria y hambres, que siempre los superaron con tesón, trabajo, esfuerzo y burlando las adversidades.
Hoy en La Puente Arriba, muchos de los que estaban, no están, pero existe una sabia nueva, fruto de los que se van.
Y esa juventud que florece, al amparo de los suyos, va tomando poco a poco las buenas riendas del futuro.
Por eso en esta pequeña tierra, aunque el trabajo ya no es tan duro, estos jóvenes valientes, sabrán salir adelante y lograr un buen futuro.
Han tenido buena escuela, la que sus padres les dieron, de la cual están orgullosos, pues como se suele decir: de lo bueno y de lo malo fue todo lo que aprendieron.
Al amparo de Peñamayor y bañado por el rio, este pequeño rincón con esfuerzo de sus gentes, va ganando poco a poco el sitio que se merece.
Luchar siempre hay que luchar, para poder conseguirlo, pero a base de insistir y buscar aquí y allá, algo está ya conseguido.
Estas ganas de luchar para conseguir lo que se busca, es a veces muy ingrato, porque hagas lo que hagas y lo hagas de buena fe y aunque no siempre aciertes, alguien encontrarás que diga o piense, que mientes.
Pero la crítica, a veces es mala o buena y otras un tanto inocente, pero seguro que de ellas algo se puede sacar y es mucho lo que se aprende.
Por eso animo a las gentes, que no se amedranten nunca, porque aunque los necios no vean, el resto sí que lo ven y os anima en la lucha.
Por eso me gustaría, que este cantar no se olvide y que el Sol cuando amanece y brille allá más arriba, ilumine este rincón, llamado: “La Puente Arriba”.
F I N.
J.L. Arboleya