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C. S. Sevillano
zona andina de Ancash, incluyendo el Colibri de Frente de
Arcoiris (Coeligena iris) (Sevillano-Ríos, 2012) o el Rayo-
de-Sol de Dorso Púrpura (Aglaeactis aliciae) (Núñez,
2015).
Estudios Recientes y las Perspectivas Hacia el
Futuro: Ecología y Conservación Ornitológica
Aunque la práctica de la ornitología en el Perú ha
venido incrementándose durante los últimos veinte años
(Franke, 2007), aún muchos aspectos de la ecología, el
comportamiento, los ciclos de vida, la dinámica de las
poblaciones, entre otros, son desconocidos para la gran
mayoría de aves del Perú. En el caso de la Cordillera
Blanca, uno de los primeros estudios ecológicos con aves
fue el desarrollado por Grace Servat-Valenzuela, donde
evaluó el rol de factores locales y regionales que estarían
determinando la ecología de alimentación de las aves de
Polylepis en Cordillera Blanca, Arequipa y Cuzco (Servat-
Valenzuela, 2006). Ella concluyó que, con excepción
del Pico Cono Gigante o Ave del Queñual (Conirostrum
binghami) (Figura 3d), las aves de Polylepis parecen
ser influenciadas por las fluctuaciones de los recursos
alimenticios, la composición florística y la estructura de
la vegetación. Sin embargo, también reconoce el rol que
los ciclos climáticos y la topografía habrían tenido en
estructurar las comunidades de aves de Polylepis en estas
tres regiones. Salinas, Arana y Suni (2007) evaluaron la
importancia del néctar de diversas especies de Puya,
incluyendo los rodales de Puya raimondii, como fuente
de recursos para la comunidad de aves altoandinas. Estos
rodales también son un ecosistema de gran importancia
pero que ha recibido muy poca atención desde el punto de
vista científico, y nuestro entendimiento sobre su ecología
aún está en desarrollo.
En 2010, Sevillano-Ríos desarrolló sus estudios
sobre los efectos de la fragmentación y degradación
del hábitat de Polylepis sobre la comunidad de aves
en la Cordillera Blanca, la Cordillera Huayhuash y los
Conchucos (Sevillano-Ríos, 2010; Sevillano-Ríos, Lloyd
y Valdés-Valásquez, 2011). Los resultados sugerían que la
comunidad de aves exhibía un patrón consistente con la
hipótesis de disturbio intermedio (Connell, 1978; Sheil y
Burslem, 2013), donde el mayor número de especies de
aves fue registrado en bosques con moderados grados de
perturbación, mientras que los bosques sin perturbación
o muy perturbados siempre mostraron una menor riqueza
(Sevillano-Ríos, 2010). Similares resultados fueron
reportados en otras zonas de los Andes, incluyendo
Argentina y Bolivia (Hjarsen y Sorensen, 1999; Matthysen,
Collet y Cahill, 2008).
Durante los últimos años (2014-2016), se han
desarrollado investigaciones con el objetivo de entender
el grado en que distintos factores locales, espaciales
y ambientales estarían determinando los patrones de
diversidad de aves a lo largo de la gradiente altitudinal (entre
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3300 a 4700 m) (Sevillano-Ríos, 2016; Sevillano-Ríos y
Rodewald, 2017). Una de las conclusiones de estos estudios
es que, pese a que la diversidad tiende a disminuir con la
elevación a nivel general, la mayor riqueza de especies fue
registrada a elevaciones intermedias, alrededor de los 4000
m de elevación; mientras que los patrones de endemismo
y de especies más amenazadas son mayor por encima de
los 4200 m. Los resultados resaltan la importancia de la
conservación de los bosques de Polylepis, especialmente
a mayores elevaciones que, independientemente de su
tamaño, serían el hábitat clave para la conservación de la
mayoría de las especies de aves amenazadas de esta zona
de los Altos Andes (Sevillano-Ríos y Rodewald, 2017).
Finalmente, con el creciente uso de eBird, donde
nuevas observaciones/registros son depositados, se ha
podido actualizar la lista de especies de aves para los Altos
Andes del norte del Perú. Un total de 239 especies son
reportadas en el Anexo 1, siendo 23 endémicas del Perú,
12 consideradas amenazadas por la Lista Roja de la IUCN,
dos introducidas y 21 aves migratorias que pasan su época
no reproductiva en estas áreas.
Futuros estudios ornitológicos en los Altos Andes del
norte del Perú, y a lo largo de los Andes en general, deberían
ser desarrollados teniendo en cuenta el contexto de cambio
climático (Crick 2004; Şekercioğlu, Primack y Wormworth,
2012). La Cordillera Blanca es uno de los lugares donde
se han desarrollado una gran cantidad de investigaciones
sobre los efectos del aumento de la temperatura sobre los
glaciares (Georges, 2004; Racoviteanu, Arnaud, Williams
y Ordóñez, 2008; Schauwecker et al., 2014); sin embargo,
hasta la fecha no se sabe con certeza en qué medida este
aumento estaría afectando a las comunidades biológicas
altoandinas (Herzog, Martínez, Jorgensen y Tiessen,
2012). En este sentido, un adecuado sistema de monitoreo
y trabajo coordinado con entidades del estado y agencias
no gubernamentales podría permitir el uso de las aves
para comprender de qué manera el cambio climático está
afectando estas comunidades biológicas y si las acciones
que se desarrollan para su mitigación están obteniendo los
resultados deseados. Una estrategia usada en México y
Estados Unidos es el uso de eBird como una herramienta
para el monitoreo de aves en conjunto con la colaboración
de la denominada ciencia ciudadana (Ortega-Álvarez,
Sánchez-González y Berlanga, 2015). Esta estrategia busca
involucrar a la ciudadanía en general en el registro de especies
de aves a través del uso de protocolos estandarizados que
pueden ayudar enormemente con el registro de especies de
aves, tanto a nivel local como mundial. Ultimadamente,
toda esta información puede ser usada para generar
modelamientos de distribución de especies y evaluar los
efectos de diversos factores ambientales. En la actualidad,
este monitoreo se está desarrollando con instituciones
como CONABIO (México) (http://www.conabio.gob.mx/
averaves/) y Wildlife Conservation Society (WCS) y se
espera que produzca muy buenos resultados.
Revista de Glaciares y Ecosistemas de Montaña 2 (2017): 87-102