LA revista 1 | Page 20

12

Recién después de esas tres largas semanas pude tener contacto con mi hija. Metí mi mano en la incubadora y ella me apretó el dedo con sus pequeñitas manos, pude tocarla solo cinco minutos. Cerré las ventanitas de la incubadora y me llevaron a almorzar y bañarme. Cuando volví a verla le habían sacado todo( sondas, suero, todo), las enfermeras me contaron que cuando yo me fui se había empezado a sacar todo ella solita y que iban a probar cómo seguía ella sin los aparatos.
Desde ese día no volvió a hacer nunca una pausa respiratoria. Pude hacerle“ upa” y cambiarlo los pañales por primera vez a las tres semanas y tres días.
El padre siempre estuvo conmigo y la iba a ver todos los días. Estuvimos muy asustados, no entendíamos nada. El parte médico de Maithe Valentina, mi hija, siempre lo recibía mi mamá, porque yo era menor, tenía dieciséis años. Eso hacía que mi madre nos ocultara varias cosas porque no nos quería asustar. La familia de él siempre nos apoyó.
Después de un mes de estar en el hospital, nos dieron el alta a mí y a Maithe. Nos fuimos a vivir a la casa de mi papá con mi beba y mi amor Martín y desde entonces estuvimos muy unidos y muy bien.