ello su lugar en un mundo gobernado por hombres que muchas veces omitía o acallaba su voz y aunque pensaríamos que la mujer de cuna noble era privilegiada dentro de este contexto, podemos observar que económicamente esto era cierto, pero en su participación dentro de la educación, política, etc., si así se nos permite decirlo, estaba muy alejada de serlo.
A la luz de lo expuesto, quisiéramos comenzar por analizar la mirada que los trovadores, dentro del ámbito literario, nos ofrecen sobre la mujer. Por lo tanto, comenzaremos por la cantiga de amor galaico-portuguesa titulada“ Amo tanto a mi señora” de Nuno Fernández de Tornoel. En ella aparece una mujer de clase alta que se inserta dentro del la corte, la cual ignora al amante, que lo hace sufrir al no corresponderle en amores, muestra su crueldad humana al desdeñarlo y sobajarlo al nivel de un esclavo. En este sentido, el poder lo tiene la mujer, mientras el hombre representa la sumisión y la resignación. Toda la cantiga es un canto poético lastimero en donde el poeta o trovador sufre y no encuentra consuelo más que en la muerte; por ello los sentimientos que aparecen de manera constante son dolor, tristeza, angustia, desesperación los cuales son dirigidos a la amada, siendo tema eminente el amor no correspondido. Por lo antes dicho, a juicio de Sevilla( S / A):
La Dama, quien frecuentemente podía llevar una vida bastante aburrida, era el objeto de poemas románticos de adoración( propios del amor cortesano). […] En las cantigas de amor, los trovadores llamaban a la mujer“ Mi dons”, se les veía como mujeres transparentes, frágiles, femeninas y eran elevadas en las alturas. Su belleza física( en muchos casos se ajusta al canon: rubia, ojos y piel clara). […] En la cantiga de amor se demuestra crueldad con el poeta enamorado( amor no correspondido). El hombre es el esclavo, la mujer tiene el poder.
No obstante y pese a esta construcción que aparece en un primer momento sobre la mujer, vemos que a ésta se le enaltece, no se le humilla, sino se le adora como si fuera una figura sagrada, es decir, consideramos que se le idealiza. Gracias a lo dicho, descubrimos que el concepto de mujer radica en que es un ser idealizado, inalcanzable, es hermosa, pues se le compara
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