La Molesta News Primera edicion 4 Nov 2013 | Page 3

November 4th, 2013 En Francia, el movimiento Pujadista a partir de 1954. En Alemania el Nationaldemokratische Partei Deutschlands (NPD), de carácter neonazi en este caso, en Holanda el Boerenpartij (Partido Campesino) La tercera ola empieza a mediados de los años 70, y es también difusa y heterogénea. Convergen tres dimensiones diferentes: · El rechazo del “todo Estado”, de una fiscalidad que se juzga como confiscatoria, en los países escandinavos · La extensión de la xenofobia, sobre el fondo de los nuevos movimientos migratorios extraeuropeos · El principio de la crisis económica mundial ligada al primer choque petrolero de 1973. Se empieza a acabar el ciclo de prosperidad que había durado casi treinta años en los países centrales de Europa. Ahí tendríamos al Fremskridtspartiet de Dinamarca, el Partido Anders Lange en Noruega, el Frente Nacional en Francia, que nace en 1972, el FPÖ austriaco, el Vlaams Blok en Flandes, que simboliza la continuidad histórica del nacionalismo flamenco de extrema derecha. Todos ellos desarrollan ideas y políticas anti inmigración, al tiempo que en el plano económico se manifiestan ultraliberales. El Frente Nacional, por ejemplo, manifiesta su apoyo y su admiración por la política económica impulsada por Reagan en Estados Unidos. El ultraliberalismo se combinaba con la preferencia nacional, con un marcador étnico discriminante. La cuarta ola se podría datar a partir de 2001. En cierto modo es la época de los partidos de derecha radicalizados. Son escisiones derechistas de partidos conservadores y liberales tradicionales. Se proclaman partidarios del ultraliberalismo económico, al tiempo que proponen medidas para proteger a la población autóctona, mediante políticas de preferencia o prioridad nacional. Se oponen a la mundialización y a la construcción de una Unión Europea con rasgos federales, y se manifiestan favorables a una Europa de las naciones que mantienen altas cotas de soberanía. Algunos son reaccionarios en materia de moral y de costumbres, aunque otros reconocen la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, o los derechos de las personas gays, por ejemplo. Ese reconocimiento sirve a su vez de crítica a la inmigración que profesa la religión musulmana, a la que se le dice que no respeta derechos básicos de las personas de las sociedades en las que se les recibe. En el contexto del 11 de septiembre de 2001, su xenofobia y su sentimiento anti inmigración se dirige fundamentalmente contra las personas de religión musulmana, desarrollando una verdadera islamofobia. Se podrían incluir en esta categoría la Lista Dedecker en Bélgica, la Lista Pim Fortuym, y posteriormente (Pim Fortuym fue asesinado por una persona de origen magrebí de nacionalidad holandesa) el Partido de la Libertad de Geert Wilders en Holanda, el Mouvement pour la France (MPF) de Philippe de Villiers en Francia, el Mouvement Citoyens Genevois en Suiza. Desde hace ya unos cuantos años, en algunos países de Europa se está desarrollando, no sin contradicciones, una amplia “zona gris” entre la derecha clásica, conservadora y liberal, y la extrema derecha. Las elecciones presidenciales y las legislativas de 2012 en Francia, con los movimientos de acercamiento al electorado del FN hechos por miembros muy Published by: Colectivo Cyberactivista relevantes de la UMP, encabezados por el propio Sarkozy, permiten precisar mejor los contornos de ese fenómeno. Parece claro que no es solo un movimiento táctico, que nace y muere con las elecciones. Hay muchos indicios que apuntan a que es algo más profundo. Todo apunta a que el sarkozysmo ha desplazado el centro de gravedad de la derecha, que se situaba en el centro derecha con el gaulismo social de la RPR y el cristianismo social de la UDF, hacia una derecha radical. Es un fenómeno político al que conviene prestarle atención y ver cómo se desarrolla. ¿Estamos en el comienzo de una quinta oleada, con la construcción de grandes partidos de derecha, muy derechizados, que engloban en su seno al grueso de la derecha extrema? En Francia se habla ya de la UMPFN, de un partido “patriota”, a pesar de que subsisten muchas contradicciones, algunas de ellas de mucha envergadura. ¿Estamos en una situación en la que, sobre algunos temas: inmigración, preferencia nacional, islamofobia, civilización europea, reivindicación de la gente que trabaja frente a la que es asistida por el Estado, fronteras externas e internas de la Unión Europea, restricciones al derecho de desplazamiento en el interior de la Unión... la derecha clásica y la extrema derecha van a hacer piña, van a encontrar un terreno de colaboración político, ideológico e institucional? España, Portugal e Irlanda son tres países de la Unión Europea en los que, por ahora, no se han construido partidos de extrema derecha que hayan alcanzado una presencia electoral e institucional de cierta relevancia. En España habría que hacer la salvedad de Cataluña, donde Plataforma per Catalunya tiene una presencia institucional municipal y suma un número de votos (70.000 en las últimas autonómicas) muy a tener en cuenta. Se suele considerar que, tal y como se hicieron las transiciones de la dictadura franquista y del salazarismo a la democracia, dejaban poco sitio para que se desarrollase una extrema derecha inevitablemente muy ligada al pasado dictatorial. En esos dos países ese espacio de la extrema derecha está copado o cubierto por el Partido Popular español y por su homólogo portugués. En el caso de Irlanda, los grandes temas sobre los que han funcionado las extremas derechas en otros países de Europa, el nacionalismo, el conservadurismo social, el integrismo religioso católico, han estado históricamente ocupados por los grandes partidos, incluidas las organizaciones que practicaban la lucha armada. EL PP, tomado en su conjunto, no es un partido de extrema derecha, ni mucho menos. Pero es evidente que, periódicamente, hace incursiones en ese territorio. A veces lo hacen dirigentes concretos, pero el partido o la dirección máxima nunca los desmiente. En Cataluña lo vienen haciendo desde hace tiempo. En el caso de Euskadi, en el último período, aparecen tres tema