LA LATINOAMÉRICA DEL FÜHRER La Latinoamerica del Fuhrer PDF | Page 98

ANDREA V. VICTORIA CANO El deseo de Goering no era otro, nada menos, que mantener un encuentro hombre a hombre con el Comandante supremo, aliado, el General Eisenhower. A tal efecto ordenó que se requisara el castillo Fischhorn, para celebrar allí su entrevista, pero a última hora Goering decidió no trasladarse a Fischhorn y se quedó en Mautendorf. Cansado de esperar, Stack se puso en camino de Mautendorf, en el mismo instante que cómicamente Goering y su comitiva partían hacia Fischhorn. En Radstadt, ambos grupos se encontraron en medio de un formidable atasco de vehículos militares. El General Stack sorprendentemente, estrechó de forma amigable la mano de Goering, escoltándole hasta Fischhorn. Cuando Eisenhower conoció la actitud de Stack, le sorprendió severamente. Es muy interesante lo que años más tarde escribió Emmy Goering, esposa del Mariscal en sus memorias, sobre aquellos momentos: ‘Stack telefoneó a Eisenhower y le leyó la carta a Hermann. El Comandante en jefe aliado dijo que estaba dispuesto a recibir a Hermann, al día siguiente, acompañado por el General Stack (General cuyo nombre completo respondía a Robert J. Stack). Todos nosotros, según él, estábamos desde ese momento bajo la protección personal de Eisenhower’. El día 9 de Mayo Goering fue separado de su familia y trasladado al Cuartel General de la 36 División, creyendo todavía que iba a entrevistarse con Eisenhower. A su llegada se encontró con el General Dahlquist, y más tarde, con su homónimo estadounidense, el General Spaatz, jefe de la USAAF (fuerza aérea norteamericana). Acto seguido se convocó una rueda de prensa con los periodistas del ejército norteamericano, que se convirtió en una auténtica sesión fotográfica. Tanta cordialidad colmó la paciencia de Eisenhower (que en ningún momento pensó en ayudarle a Goering). Que desde su cuartel general en Reims ordenó