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del petróleo” y me enteré de la “propuesta para adquirir un yacimiento de
petróleo en México”.
Hermann Goering declaró que Adolf Hitler estuvo informado de las operaciones
encubiertas y propuso tomar los yacimientos petroleros mexicanos al menor
costo. En la ciudad Acuña, en la frontera de los EEUU, funcionó una
transmisora radial Nazi utilizada por los espías Nazis.
En las altas esferas del Gobierno Mexicano había simpatía por los Nazis.
Desde 1937 llegaron a México los agentes Nazis Erk ejecutivo del Dresdner
Bank y Benz del Instituto de Geología para la Exploración Petrolera y en
Febrero de 1938, obtuvieron un contrato previo de concesión, días antes de la
expropiación petrolera del 18 de Marzo. Planearon triangular el envió de crudo
a Alemania, enviando el petróleo a la refinería de las Islas Canarias, para
procesar gasolina, combustible para aviones, gasóleo y diversos
petroquímicos.
Hans Pilder, presidente del Dresdner Bank, declaró ante el tribunal de
Núremberg el 28 de Diciembre de 1945, que el alto mando naval alemán
impulsó las negociaciones con México. Artificialmente fue creada la compañía
Minera de Ultramar, con un capital de cincuenta mil marcos, con Bentz y Erk
como socios en Poza Rica ofrecía buenas
perspectivas.
Pero no solo existieron espías hombres en
México.
Katerina Matilda Kruger (Hilda) era su nombre
artístico, desde pequeña se empeñó en ser
actriz, pero su verdadera carrera vendría al
conocer a Joseph Goebbels (ministro de
propaganda de la Alemania Nazi).
Hilda Kruger
1914-1991
Hilda fue a México precisamente para
consolidar las redes del espionaje Nazi y
ampliar el tejido de intereses políticos,
afianzando las relaciones entre los hombres
del tercer Reich y un importante sector de
políticos, militares y empresarios mexicanos.
Todos pertenecientes al gobierno de Manuel
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