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ANDREA V. VICTORIA CANO
CAPITULO VIII
DISCURSOS DE HITLER.
Contra los judíos:
-“La lucha entre el pueblo y el odio entre ellos, está siendo alimentada por
partes muy específicamente interesadas; es una pequeña y no arraigada
conspiración internacional, que se está enfrentando a la gente cara a cara y no
quieren que tengamos paz. Es la gente que se albergan tanto en ninguna parte
y en todas partes, que no tienen lugar en un terreno en cual establecerse, pero
que viven en Berlín hoy, mañana, si es necesario en Bruselas, el día siguiente
en París o Praga o Viena o Londres y en todas partes se sienten como en casa.
¡Judíos! Siendo los únicos a los que se puede llamar realmente elemento
internacional, ya que llevan a cabo sus negocios en cualquier lugar, pero la
gente no puede seguirlos. La gente está encadenada a su tierra, encadenada a
su patria, encadenada a las posibilidades de vida que el Estado ofrece La
Nación”.
Así Hitler se siente hacia la invasión que los judíos han hecho sobre Alemania
en general (último discurso del Fuhrer 30 de Enero de 1945):
-“Nos concedieron tan solo seis años de paz después del treinta de Enero de
1933, en estos años, hemos realizado tantos grandes logros y planeado otros
aun superiores, tantos y tan grandes obras, tanto más provocamos la envidia
de las democracias inútiles que nos rodean, lo decisivo fue, sin embargo que
triunfamos con esfuerzos sobrehumanos en estos seis años reorganizando la
defensa del pueblo alemán, esto significa, no el aporte de la fuerza en material
militar sino la fuerza espiritual de resistencia necesaria para la autoafirmación.
A pesar del entorno hostil, hace largo tiempo elegí un camino en lo profundo de
mi ser, y seguí esta senda; siendo un desconocido, sin nombre, hasta la
victoria final, con frecuencia declarado muerto y siempre deseado muerto
finalmente me alcé con la victoria. Mi vida actual igualmente la determinan las
obligaciones que incumben en mi cargo, éstas en su conjunto se traducen en
una sola obligación, trabajar para mi pueblo y luchar por él, y solo aquel que
me ha llamado a cumplir con este deber puede absolverme de esta tarea, no
importa cuán grave pueda ser la crisis en este momento, al final la
superaremos a pesar de todo gracias a nuestra voluntad inalterable, nuestra
disposición al sacrificio, y a nuestras capacidades, sobreviviremos esta miseria,