LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 433

Markus Zusak La ladrona de libros Asentí con la cabeza. Nerviosa, abrió La ladrona de libros y pasó las páginas. —Es increíble... A pesar de que el texto se había desvaído, leyó las palabras. Los dedos de su alma acariciaron la historia escrita tanto tiempo atrás, en un sótano de Himmelstrasse. Se sentó en el bordillo y yo hice lo propio, a su lado. —¿Lo has leído? —me preguntó, aunque sin mirarme. Tenía los ojos clavados en las palabras. —Muchas veces. —¿Lo entendiste? Se hizo un gran silencio. Pasaron varios coches en ambas direcciones. Los conducían múltiples Hitlers, Hubermanns, Maxes, asesinos, Dillers y Steiners... Quise decirle muchas cosas a la ladrona de libros, sobre la belleza y la crueldad, pero ¿qué podía contarle sobre todo eso que ella no supiera? Quise explicarle que no dejo de sobreestimar e infravalorar a la raza humana, que pocas veces me limito únicamente a valoraría. Quise preguntarle cómo un mismo hecho puede ser espléndido y terrible a la vez, y una misma palabra, dura y sublime. Sin embargo, no abrí la boca. Sólo conseguí hablar para confiarle a Liesel Meminger la única verdad que hago mía. Se lo dije a la ladrona de libros, y ahora te lo digo a ti.  ÚLTIMA NOTA DE LA NARRADORA  Los humanos me acechan. 433