LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 327
Markus Zusak
La ladrona de libros
talla mundial. Estamos creando un grupo de élite de ciudadanos alemanes en
nombre del Führer...
Rudy no quiso seguir escuchando.
Se raspó la cera de la vela de la mano y se apartó del resquicio de luz que se
colaba a través de la puerta entornada. Al sentarse, se apagó la llama —
demasiado movimiento— y los engulló la oscuridad. La única luz disponible
era la que entraba por debajo de la puerta de cocina.
Volvió a encender la mecha de la vela con otra cerilla. Qué agradable olor a
fuego y fósforo.
Rudy y cada una de sus hermanas derribaron una ficha de dominó y vieron
cómo todas las demás iban cayendo hasta que la torre de en medio se
desmoronó. Las niñas gritaron entusiasmadas.
Kurt, el hermano mayor, entró en la habitación.
—Parecen cadáveres —comentó.
—¿Qué?
Rudy se volvió hacia el rostro en sombras, pero Kurt no respondió. El joven
reparó en la discusión de la cocina.
—¿Qué pasa ahí?
Contestó una de las niñas, la más pequeña, Bettina. Tenía cinco años.
—Hay dos monstruos —lo informó—. Han venido a por Rudy.
Otra vez la niña humana. Qué lista era.
Más tarde, cuando los hombres de abrigos largos ya se habían ido, los dos
chicos, uno de diecisiete años y el otro de catorce, reunieron el valor suficiente
para enfrentarse a la cocina.
Se quedaron en la puerta. La luz castigaba sus ojos.
—¿Se lo van a llevar? —preguntó Kurt.
Su madre tenía los brazos encima de la mesa, con las palmas de la mano
hacia arriba.
Alex Steiner levantó la cabeza. Le pesaba mucho.
Tenía una expresión firme y precisa, parecía recién tallada.
Una mano de roble apartó las astillas del flequillo y el hombre intentó
encontrar las palabras.
—¿Papá?
Sin embargo, Rudy no se acercó a su padre.
Se sentó a la mesa de la cocina y tomó las manos de su madre.
Alex y Barbara Steiner no revelaron lo que se dijo en la cocina mientras las
fichas de dominó caían en el comedor como cuerpos sin vida. Ojalá Rudy
hubiera seguido con la oreja pegada a la puerta sólo unos minutos más.
327