LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 306
Markus Zusak
La ladrona de libros
un punto y la mayúscula siguiente. Recordó cuando le leía mientras estaba
enfermo. ¿Estará en el sótano? ¿U otra vez al acecho de un pedacito de cielo?, se
preguntó.
UN PENSAMIENTO AGRADABLE
Ella era una ladrona de libros.
Él asaltaba el cielo.
Todo el mundo esperaba el temblor del suelo.
Seguía siendo inevitable, pero al menos ahora la chica del libro los tenía
distraídos. Uno de los niños pequeños pensó en echarse a llorar, pero Liesel
paró un momento e imitó a su padre, o a Rudy, elegid. Le guiñó un ojo y
retomó la lectura.
Sólo se interrumpió cuando las sirenas se colaron en el sótano.
—Ya pasó —anunció el señor Jenson.
—¡Silencio! —ordenó frau Holtzapfel.
Liesel alzó la cabeza.
—Sólo quedan dos párrafos para acabar el capítulo —informó.
Y continuó leyendo sin mayor énfasis. Sólo palabras.
DICCIONARIO DE DEFINICIONES»
«
DEFINICIÓN N.° 4
Wort- Palabra: unidad de lenguaje con significado / una
promesa / un comentario, una afirmación o una conversación.
Palabras relacionadas: término, nombre, expresión.
Por respeto, los adultos obligaron a que todo el mundo guardara silencio
hasta que Liesel finalizara el primer capítulo de El hombre que silbaba.
En el momento de salir, los niños pasaron a su lado como un vendaval,
pero casi todos los mayores —incluso frau Holtzapfel y Pfiffikus (qué
apropiado, teniendo en cuenta el título del libro)— agradecieron a la niña la
distracción a medida que pasaban junto a ella, con ganas de salir de la casa para
ver si Himmelstrasse había sufrido algún daño.
Himmelstrasse estaba intacta.
El único indicio de guerra era una nube de polvo que viajaba de este a
oeste, escudriñando las ventanas para encontrar un lugar por el que colarse. A
medida que se espesaba y expandía, convertía la estela de humanos en
apariciones.
Ya no había gente en la calle.
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