LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 251

Markus Zusak La ladrona de libros Podría continuar, pero he decidido que por ahora es suficiente con tres ejemplos. Tres ejemplos, por pocos que sean, te dejarán el regusto ceniciento que definió mi existencia aquel año. A menudo intento recordar los retazos sueltos de belleza que también vi en esa época. Me abro paso a través de mi archivo de historias. De hecho, tiendo la mano y escojo una. Creo que ya conoces la mitad y, si me acompañas, te contaré el resto. Te contaré la segunda parte de la ladrona de libros. Sin saberlo, a la ladrona le aguardan muchas cosas excepcionales a las que acabo de aludir, pero a ti también. Está bajando nieve al sótano, ¡precisamente al sótano! Un puñado de agua congelada puede hacer sonreír casi a cualquiera, pero no puede hacerlos olvidar. Aquí viene. 251