LA LADRONA DE LIBROS La ladrona de libros | Page 114

Markus Zusak La ladrona de libros El luchador entra en escena Cambiemos de escenario. Hasta el momento todo ha sido muy fácil, ¿no crees, amigo mío? ¿Qué te parece si nos olvidamos un rato de Molching? Nos vendrá bien. Además, es importante para la historia. Viajaremos un poquito, hasta un almacén secreto, y ya veremos qué encontramos.  VISITA GUIADA AL SUFRIMIENTO  A su izquierda, tal vez a su derecha, incluso puede que al frente, hay una pequeña habitación a oscuras. Allí espera sentado un judío. Apesta. Está famélico. Está asustado. Por favor, intenta no apartar la vista. A cientos de kilómetros al noroeste, en Stuttgart, lejos de ladronas de libros, mujeres de alcaldes y Himmelstrasse, un hombre esperaba a oscuras. Habían decidido que era el mejor sitio. Es más difícil encontrar a un judío en la oscuridad. Estaba sentado en su maleta. ¿Cuántos días habían transcurrido? Lo único que había comido en lo que él consideraba semanas había sido el sabor repugnante de su famélico aliento, es decir, nada. En ocasiones oía voces que pasaban al lado, y a veces deseaba que llamaran a la puerta, que la abrieran, que lo sacaran a rastras de allí, hacia la insoportable luz. Sin embargo, 114