LA HISTORIA DE MANÚ 02-Del_Rio_Ana_Maria_-_La_Historia_De_Manu | 页面 13
30
que las lágrimas rodaban por su cara. Se
puso la gruesa camisa de invierno y se
acostó, arropándose mucho. Al rato sintió
que se sentaban en su cama. Sacó la cabeza.
Era su papá con una taza humeante en la
mano.
—Tómate esta agua. Es buena para la
tristeza —dijo el papá.
—No estoy tris...ttezz... —sollozó
Manú, tomando tragos del agua.
Mientras la tomaba, sintió que le daba
sueño.
—Mi hijita linda —dijo el papá
haciéndole cariño—. Sé lo que sientes, pero
ya va a llegar el día en que puedas ir a un
colegio donde enseñen nuestra cultura. El
problema es que abajo, en la ciudad, hablan
sólo castellano y se ríen del que habla
aymara. Yo no te quería decir esto, para no
desilusionarte. Tengo que conseguir que
hagamos un colegio en este pueblo donde
enseñen en aymara para que los niños sepan
cosas de nuestro mundo que les sirvan para
seguir viviendo aquí y no se vayan todos a la
ciudad a ser
31
sirvientes. Si la gente sigue yéndose para los
valles, nuestro pueblo se va a quedar vacío, y
un pueblo sin gente es un pueblo muerto.
—Sí papá —contestó Manú abra
zándolo.
Su papá era muy bueno. No le había
querido decir lo del idioma para evitarle una
pena. Y ahora ella lo había sufrido en carne
propia. Y no lo podía contar a nadie. El
sueño de ir al colegio se había esfumado.
Pero igual, mañana, iría a ver a su amigo
Kunturo, pensó. Aunque no fuera al colegio,
tal vez podría dar otro paseo aéreo. Había
sido tan maravilloso volar agarrada a su
cuello. Era como sentirse dueña del mundo.
Volar como los cóndores la hacía sentirse
feliz. Y sin darse cuenta, se quedó dormida.