REAEGAN, GORBACHOB Y EL FIN DE LA GUERRA
En abril de 1978, el comunista Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA) se hizo con el poder en Afganistán tras la Revolución de Saur. A los pocos meses, los opositores al gobierno comunista lanzaron una revuelta en el este del país, que se creció rápidamente hasta convertirse en una guerra civil que se extendía por todo el país, con los rebeldes muyaidín atacando a las fuerzas gubernamentales a lo largo y ancho del país. El gobierno de Pakistán proveía estos rebeldes de lugares donde esconderse y entrenamiento militar. En el otro bando, el PDPA era apoyado por los asesores militares mandados desde la Unión Soviética.103 Mientras tanto, en el PDPA se luchaban guerras internas entre la mayoría Jalq y los moderados Parcham. Como resultado, los parchamíes renunciaron a sus cargos en el gobierno y los oficiales militares parchamíes fueron arrestados con la excusa de un supuesto golpe de estado parchamí. Hacia 1979, Estados Unidos había comenzado un programa secreto para dar asistencia militar y armas a los muyahidines.
En enero de 1977, cuatro años antes de convertirse en presidente, Ronald Reagan reveló claramente en una entrevista su postura en relación a la Guerra Fría: «Mi idea de lo que debe ser la política estadounidense en lo que respecta a la Unión Soviética, es simple, y algunos dirán que simplista», dijo. «Es esta: nosotros ganamos y ellos pierden, ¿qué te parece?».107 En 1980, Reagan ganó las elecciones, con la promesa de incrementar el gasto militar y enfrentarse a los soviéticos en cualquier lugar que fuera necesario.108 Tanto Reagan, como la recién elegida primera ministra británica Margaret Thatcher, denunciaron tanto a la Unión Soviética como a la ideología comunista. Reagan calificó a la Unión Soviética como el «Imperio del mal» y predijo que el comunismo acabaría en «el montón de cenizas de la Historia»