pasando. Irupé dice: pasan cosas imposibles, como si pudieran pasar. Y hay cosas que no se entienden, que no tienen sentido.
Los descubrimientos se viven, se experimentan en el cuerpo. Con la risa, con el asombro, con la inquietud, con la sorpresa, con el miedo, con el estupor, con ese dulce estremecimiento que nos sucede ante la belleza … Los descubrimientos apenas logran traducirse en palabras para ser comunicados. Son mucho más que eso, que las palabras que los definen. La literatura intenta hablarnos de los descubrimientos, usa las palabras para que los vivenciemos, no para explicarlos ni darlos a entender. La literatura nos da la ocasión de descubrir, de encontrar una verdad por nosotros mismos. Hay belleza y verdad en este tipo de descubrimiento. Cuando los niños descubren lo hacen con igual intensidad que el investigador, o el navegante. O lo que es lo mismo, Copérnico y Einstein, imagino, volvieron a sentir, ante sus grandes descubrimientos, ese mismo estremecimiento que vivieron durante los pequeños descubrimientos de la infancia.