La gran SIETE Año 6 N° 7 Noviembre 2024 | Page 66

- la gran sietepermitió estar permeables a escucharnos , pensándolo como una construcción de nuestra mirada sobre las infancias .

Organizamos nuestras propuestas desde el guión conjetural , la narrativa y el relato , que nos permitió generar hipótesis sobre lo que podría suceder , sobre lo que pensábamos que podría hacer cada grupo en particular , sus acciones , teniendo en cuenta los materiales y su disposición , deteniendo la mirada en cada niño / a . Esta manera de planificar nos otorgó �lexibilidad en nuestras intervenciones y posibilidad de comunicarnos profesionalmente entre parejas pedagógicas , dándole importancia a cada uno de los roles .

Tuvimos oportunidades para rever la escritura y las intervenciones realizadas en momentos de intercambio posteriores a cada propuesta , dando valor a la pregunta y a las observaciones , no desde la falta , sino desde la posibilidad de crecimiento .

Una pregunta recurrente que nos acompañó fue : ¿ Cómo llevamos adelante la Expresión Corporal ? El acompañamiento de nuestras docentes , los intercambios al respecto y el poder vincular ambas áreas nos hicieron sentir más seguras para brindar disponibilidad corporal e ingresar a la metáfora , sin que surja de manera forzada .

Luego de todo este camino recorrido , afirmamos que buscamos promover , desde el Nivel Inicial , propuestas que potencien a las infancias que están en constante movimiento , pregunten , sean curiosas , que sus cuerpos exploren y experimenten . Como dice ‘ Chiqui ’ González ( 2023 ): “ Quisiera que la infancia fuera tomada como la mejor etapa de la vida , cuidada por el mundo entero , engordada en conocimiento , asombros e imaginación , emancipada y libre .”

Y finalmente , contar que la construcción del espacio y las diferentes aproximaciones de los / as niños / as que vivenciaron cada propuesta , dieron lugar a la metáfora : los árboles fueron bosque , había pájaros para avistar , �lores para contemplar y oler , grillos para oír , una cueva para esconderse y jugar pero que también fue nido , ramas que nos dejaron ver sus sombras y adentrarnos en la noche , “ bichos ” que se escabullían entre las hojas , estrellas que brillaban . Comprobamos que sostener una mirada poética , que nos permita “ hacer vivir ” ese espacio , jugar como si estuviéramos conociendo el bosque por primera vez , permitió que todo esto suceda . Contemplar los rostros de los / as niños / as al ingresar al espacio , los distintos intercambios que surgieron -o no- entre ellos / as durante el juego , la manera en que se convocaban , el entusiasmo que demostraban cuando los íbamos a buscar para salir a jugar y la metáfora en la que se insertaban reafirman la idea de que este tipo de propuestas son posibles de llevarse a cabo en la cotidianeidad del Jardín .

Pensar espacios comprometidos con el juego , que abran múltiples puertas y presten imaginario , habilita a que algo suceda desde la propia iniciativa de los / as niños / as . Nos reconforta , motiva y nutre descubrir este camino , comprobando que generar y habitar este tipo de espacios es una increíble forma de garantizar el derecho al juego , es comprometerse con la infancia y nuestra tarea .

66 La trama colectiva del trabajo docente . Una oportunidad que transitamos en el Taller 5 .