Siempre me advirtieron que me comerían los sesos si seguía hablando sin parar . Desafiante , me comprometí a contar una historia sin límites . Me senté en la mesa , rodeado de amigos , y comencé a narrar mis sueños . La risa llenó el aire hasta que , de repente , un silencio incómodo cayó sobre nosotros .
Sentí un hormigueo en la cabeza . Miré a mi alrededor y vi que mis amigos , con ojos desorbitados , se acercaban , atraídos por mi discurso . Antes de darme cuenta , estaban mis sesos . En un instante , me quedé vacío , hablando sin sentido , mientras ellos se deleitaban con lo que alguna vez fui .