La Falsificación de la Realidad
Lo primero es clarificar la posición personal de cada uno durante aquellos momentos dramáticos. Argentina necesita de autobiografías, como nunca en su historia. La autobiografía tiene que ser el punto de partida de cualquier opinión y análisis no sólo competente, sino además creíble. A partir de la autobiografía- que de una vez por todas debe sustituir a la " ficha " personal archivada en los " servicios "- podemos entrar, recién, en el segundo momento, en el análisis histórico propiamente dicho, tomando como marco un período más amplio que los propios hechos directamente relacionados con las consecuencias del golpe de Estado de 1976. Es necesario estudiar, como mínimo, la etapa inmediatamente anterior y la inmediatamente posterior a ese hecho. De otra manera quedan ocultas otras aberraciones, como la derrota de Malvinas originada en defecciones y traiciones internas, y no en la supuesta " superioridad tecnológica del enemigo ".
Vuelven a plantearse los grandes interrogantes a que los militantes de mi generación aún no han respondido. ¿ Estaba justificada la decisión de iniciar una lucha armada? ¿ Cuál fue el motivo por el cual esa lucha apuntó esencialmente a las fuerzas armadas y no a los núcleos del poder político y económico? ¿ Por qué la lucha armada devino en formas aberrantes de terrorismo? Yo desarrollo alguna de estas cuestiones en uno de mis libros( Nación y Revolución, Argentina: Los años setenta, Ed. Puntosur, Buenos Aires 1988):
" La política insurreccional no pudo acercarse, no pudo ver jamás donde estaba el centro de gravedad del sistema de poder del oponente ".
Su terrorismo orientado hacia las fuerzas armadas establecidas-que constituían parte de la periferia del sistema interior de poder- determinó que:
" Las acciones de la guerrilla no sólo no desarticulan el sistema de poder existente: lo dejan intacto ".
Sin duda alguna muchos se beneficiaron con esta metodología del comportamiento político-militar, que hoy puede ser perfectamente analizada tanto en sus componentes internos cuanto externos. La misma fue utilizada, posteriormente, aunque en forma simétricamente opuesta, por las fuerzas contrainsurreccionales, entre ellas la Iglesia institucional. Dos doctrinas militares fueron simétricamente " importadas " sin que mediara ningún tipo de procesamiento interior: la " insurreccional " y la " contrainsurreccional ".
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