La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 85
Norberto Ceresole
Naturaleza de las "nuevas agresiones"
Dentro de un entorno internacional donde predomina la certidumbre de que en
el futuro las relaciones en ese plano estarán signadas por un empleo creciente
de la fuerza militar… Argentina sufre un nuevo tipo de agresión exterior
simbolizada en el atentado terrorista judío del 18 de julio de 1994.
Estamos hablando no de agresiones "ideológicas" sino de acciones militares que
se cobran un alto número de víctimas argentinas dentro del territorio argentino
realizadas por fuerzas de origen no argentino.
Cada día que pasa cobra más entidad el supuesto por el cual ese tipo de
agresiones proviene no de "grupos terroristas" descontrolados sino de
organismos de inteligencia adscriptos a Estados -o a fracciones de esos
Estados- con los cuales el gobierno argentino actual dice estar en situación de
"alianza o sociedad estratégica".
Súbitamente, como obedeciendo a un plan previamente elaborado… surgió una
patética galería de perversas acusaciones y falsas exculpaciones. En la práctica
todo terminó más oscuro que antes. Ahora no sólo muchas más personas son
conscientes de que desde hace dos décadas están viviendo una historia de
pesadillas, también intuyen que se están ensayando explicaciones
deliberadamente superficiales. Un falso y no deseado sentimiento de culpa trata
de sustituir al análisis histórico riguroso y responsable.
Hemos visto por todos los medios de comunicación a los prototipos de todos los
personajes imaginables, desde un ex sargento de la Policía Federal con figura de
rata de albañal, hasta comandantes de instituciones militares que se sienten
obligados, por lo que ellos definen como una cuestión elemental de
supervivencia institucional, a defender a un sistema político que tiene como uno
de sus objetivos principales la destrucción de las propias instituciones
militares. Hemos visto a representantes de "organizaciones de derechos
humanos" que, a voz en cuello, juraron que jamás perdonarán, con lo que
pretenden negarle al conjunto de la sociedad argentina cualquier salida política
razonable. Hemos visto a ex militares arrepentidos que hablan no de procesos
históricos sino de culpas personales, reales o ficticias. Hemos visto a dirigentes
de las "fuerzas irregulares" de aquellas épocas, unos impulsando
descaradamente una intención de voto en favor del gobierno, otros haciendo un
llamamiento, nada menos que a las Naciones Unidas, instándolas a mandar
una comisión investigadora con capacidad de expedirse sobre problemas
internos, no ya de la actualidad argentina sino de la historia argentina.
Hemos visto todo lo esperpéntico, lo absurdo y lo oportunista que es posible
imaginar. Lo que no hemos visto por ningún lado es la verdad. Es decir, la
voluntad firme y sostenida de organizar un relato sobre la secuencia lógica que
va de lo autobiográfico hasta nuestros proyectos de futuro.
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