La Falsificación de la Realidad
desdichados ", dijo el diputado laborista Nissim Zwili. " La nación no está para fiestas ", señaló, por su parte, el parlamentario ultraortodoxo David Tal.
Diputados de la Knesset-dice Der Spiegel en su edición del 29 de diciembre de 1997( p. 113)- han solicitado recientemente suspender los actos festivos previstos para el 14 de mayo próximo. El comité constituido expresamente para la organización de los festejos, no ha podido presentar todavía ningún programa; incluso la financiación del aniversario-cuya celebración se había pensado festejar, en un principio, con toda pompa- no está asegurada. La falta de ánimo de los israelíes refleja la profunda crisis en que se encuentra el Estado sionista. Der Spiegel concluye: " El proceso de paz divide al pueblo, y las disputas entre judíos religiosos y laicos ya hace tiempo que se han convertido en una guerra cultural."
5. Ze ' ev Schiff, Las innovaciones en la Ley del Shin Bet, Haaretz, Edición en inglés, 23 de enero de 1998.
6. El mismo diario escribió sobre el tema de los interrogatorios en su edición del 14 de enero. El precio de la moral, por Amira Hass. Los nueve jueces de la Corte Suprema de Justicia tienen que atender un tema muy espinoso. Se trata de la petición realizada por los abogados de los detenidos Abed Al- Rahman Ghanimat y Fuhad Koran para que la Corte ordene al Servicio Secreto Shin Beth dejar de torturar a los dos detenidos; textualmente: " dejar de aplicar presión física y emocional ". Los jueces no pueden limitarse a definir su postura sobre cuáles de los argumentos tienen más peso: los de los abogados de los demandantes( Leah Tsemel y Allegra Pacheco) o las demandas de la parte contraria, el representante( anónimo) de Shin Beth y el representante del Estado( Shai Nitzan). Qué duda cabe que las repetidas advertencias hechas a lo largo de la semana pasada por las autoridades de Seguridad en relación con la posibilidad de inminentes atentados terroristas pueden influir en la decisión de los jueces de la Corte Suprema. Los jueces deben pronunciarse sobre si la situación de los demandantes- que llevan días atados a una silla obligados a escuchar música estrepitosa, sin que se les permita dormir ni siquiera durante unas pocas horas, y con la cabeza tapada con una bolsa- supone tortura o forma sólo parte del " período de espera antes del interrogatorio ". El ambiente en la Corte es de temor y angustia ante la previsible reacción del público. Se supone que los nueve jueces habrán leído el artículo de Daniel Statman " La cuestión de lo absolutamente moral en la prohibición de la tortura "( publicado en julio de 1997 en la revista " Ley y Gobierno ", editada por la Facultad de Derecho de la Universidad de Haifa). Este artículo, escrito por un profesor de filosofía de la Universidad de Bar-Ilan, no se puede considerar " meramente de interés académico ", ya que aporta argumentos que no se pueden resumir en unas pocas frases. El autor del artículo comienza con una " apología ": su discurso filosófico no pretende negar que la tortura es " algo moralmente abominable ", ni tampoco pretende presentar argumentos en contra de la condena incondicional de cualquier forma de tortura. Sin embargo, el artículo es de vital importancia, desde el punto de vista de su autor, por la afirmación de que " por lo menos en determinados casos, la tortura es moralmente admisible ". Statman distingue entre " tortura de terroristas " que se realiza con el objeto de " amedrentar a los miembros del grupo al que pertenece el individuo que está siendo interrogado ", y " tortura interrogativa " que tiene por finalidad " causar dolor físico o emocional para extraer información del individuo que está siendo interrogado ". Sin embargo, el artículo de Statman no da una solución directamente aplicable a la situación concreta de los dos detenidos( como antes se ha descrito) y si esta situación supone una tortura o, como pretende el representante del Shin Beth ante la Corte, sólo se considera " un período de espera antes del interrogatorio ". Lo que sí ofrece, es una respuesta indirecta: está prohibido afirmar, dice el autor categóricamente, que " el causar grave dolor a un individuo que está siendo interrogado, no puede considerarse como tortura ". Statman ofrece otro criterio indirecto a los jueces de la Corte Suprema: "¿ Qué otro término que no sea el de ' tortura ' puede aplicarse a una forma similar de ' espera '( entre varias sesiones de un interrogatorio), si la persona que está ' esperando ' es judío y se encuentra en situación de interrogatorio en otro país?"(...) El profesor Statman recuerda las palabras de Maquiavelo " es raro encontrar a una buena persona dispuesta a usar medios malignos, incluso si estos medios son necesarios desde el punto de vista moral. Si esta hipótesis es correcta ", continúa Statman, " nos encontramos ante una paradoja: desde el punto de vista moral, se nos está permitido, en principio, usar la tortura con el fin de obtener una información de vital importancia; no obstante, dada la realidad en que vivimos y dada la naturaleza de las personas que están comprometidas en estas actividades, es casi seguro que la tortura sobrepasará siempre lo moralmente permitido y, por tanto, no existe ninguna justificación para la tortura ". Resumiendo, Statman apunta que, durante muchos años, los representantes del Shin Beth solían mentir a los tribunales en relación con el uso de fuerza para conseguir información. Los individuos que mentían lo hacían porque pensaban que mentir era su
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