La Falsificación de la Realidad La Falsificación de la Realidad | Page 41
Norberto Ceresole
"dioses", que hoy son las lenguas y los falsos dioses del Imperio, es decir, de la
arrogancia "judeo-cristiana" (culto al "monoteísmo de mercado", como diría
Roger Garaudy).
Madrid, marzo de 1998
Notas de la Introducción
1. El estallido del "escándalo sexual" del presidente Clinton (enero de 1998) fue una operación jamás
intentada, hasta ese momento, por el lobby judío norteamericano y la Inteligencia israelí. Es muy difícil
dudar sobre la función cumplida por la señorita Mónica Lewinsky. Fue una repetición casi exacta del
caso Ellen Romisch, una de las ex amantes del presidente Kennedy, que trabajaba para el servicio de
inteligencia de la ex Alemania Oriental. Para tapar el escándalo Romisch, el entonces fiscal general
Robert Kennedy se encargó de sacarla del país lo más rápido que pudo, mientras el director del FBI
Edgard Hoover advertía en el Congreso: "Que nadie investigue el caso porque de otra manera vamos a
arrastrar a muchos en la caída". En esos tiempos el Congreso adoptó una actitud de prudencia. La
misma actitud prudente adoptó el Congreso, uno de los centros de gravedad del lobby, con el caso
Lewinsky. Mónica Lewinsky es hija de una importante familia judía conservadora norteamericana. A
diferencia de Ellen Romisch es una persona con arraigo en el establishment norteamericano. Desde un
punto de vista lógico existe una alta posibilidad que la Lewinsky haya actuado por cuenta de la
Inteligencia israelí, según denunció casi unánimemente la prensa árabe durante el tiempo de los
sucesos. Clinton quedó como un rehén de la Inteligencia israelí, luego de 32 encuentros amorosos con
la Lewinsky. La celeridad con que se decide el ataque a Irak, finalmente frustrado por un sistema
internacional que se aleja del "unipolarismo", justo en el momento en que la posición israelí era más
débil de cara a Occidente, no encuentra ninguna otra explicación racional: el presidente es obligado a
dar luz verde a una decisión previamente adoptada por el lobby, en un momento en que el Estado de
Israel carecía en absoluto de justificaciones respecto de su dramático "incumplimiento" de los
Acuerdos de Oslo. Cuando la política judía resultaba absolutamente injustificable ante la llamada
"opinión pública occidental", aparecen como por arte de magia las "armas de destrucción masiva" de
Saddam Hussein. Una falsificación y sustitución de la realidad, la anteúltima. Una vez más, Israel
estaba en "peligro de muerte", se volvió a insinuar. La religión del "Holocausto" sepultó los hechos y la
realidad fue nuevamente sustituida por un Mito. Ya no cabe duda sobre quién manda en Washington.
Estamos simplemente ante el gobierno del mundo.
El 29 de enero de 1998, el mismo día de la llegada de Netanyahu a la capital imperial, el corresponsal
de Liberation (uno de los órganos del lobby judío-francés) en Washington escribe: "La tensión es tal que
ahora la cuestión consiste en saber si la antipatía de la administración Clinton por Netanyahu va a ser
más fuerte que su sostén a Israel". Sin duda esa era la pregunta capital en aquellos días. Pero ya existe
respuesta. El apoyo a Israel continúa, a pesar de todo. Antes de la visita Clinton había dicho: "Yo no
puedo seguir trabajando con ese tipo" (Fuente: US News & World Reporter). La misma publicación
afirmó que la señora Albright confiesa ante sus colaboradores más inmediatos que ya está "excedida"
por las maniobras dilatorias de Netanyahu: "Este hombre me ha humillado al ignorar mis llamados
para poner fin a su política de asentamientos". En definitiva había un clima de alta tensión entre los
dos gobiernos aliados. Y la misma situación era visible en la Unión Europea: el llamado "Plan de Paz"
se había convertido, oficialmente, en una gran frustración.
2. Cipayo, del persa sipahi, soldado indio al servicio de una potencia europea (Diccionario de la Lengua
Española, Real Academia).
3. El Islam como "terrorismo genético", ver André Glucksmann, en el Epílogo de este mismo libro.
4. Sólo han transcurrido 50 años desde la fundación de la mortal "contradicción original", es decir, del
Estado de Israel. Hasta el mes de marzo, la comisión de la Knesset constituida para organizar los actos
festivos (imaginados solemnes) previstos para el 14 de mayo de 1998, no había podido aún presentar
un programa coherente. No está asegurada siquiera su financiación. Esta vez sí hay acuerdo entre los
dos extremos del arco político-religioso: "No se puede obligar a la gente a que estén alegres cuando son
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