LA FALSIFICACIÓN DE LA REALIDAD - NORBERTO CERESOLE La falsificación de la realidad WEB | Page 17
Norberto Ceresole
conciencia en absoluto de la "diferenciación judía". Nunca había visto el
"problema judío". A lo sumo me había enfrentado con la "cuestión sionista" en
Palestina.
A partir de mi singladura por el mundo judío, primero, y por las lúgubres
entrañas del terrorismo judío, después, los judíos, los judaizantes y los
judaizados, comenzaron a estigmatizarme. Yo afirmo que he vivido más de
cincuenta años sin tener ni una molécula de antisemistismo. Es más, sin saber
ni querer distinguir a un judío de un no judío: ¡tan internalizado tenía el tema
de la igualdad a partir de la actividad revolucionaria! Pero ahora, al final del
viaje, la situación es muy diferente. Rechazo el concepto "antisemita" por
considerarlo anticuado y eurocéntrico. Pero veo al judaísmo tal cual como lo vio
siempre el cristianismo tradicional. Con el agravante que desde la fundación del
Estado de Israel, el judío es, además, un pueblo genocida. El "crimen contra la
humanidad" cometido por los judíos en Canaán (Libro de Josué) está señalado
como un deber divino en el "libro sagrado". Y hoy, ante la falacia del "plan de
paz", la misma historia se repite con exactitud milimétrica.
El caso del terrorismo judío en la Argentina es la demostración más evidente de
la existencia de un grupo destructor que siempre se disfrazó de víctima. No hay
diferencias metodológicas esenciales entre el Mito del Éxodo y el Mito del
"Holocausto". En ambos es posible determinar, simplemente, dos
conspiraciones judías. Dos falsificaciones de la realidad.
En esa línea, lo importante de lo sucedido en la Argentina es que se trata de
una situación sin salida para ninguno de los actores, que son básicamente tres:
comunidad judía residente en la Argentina, gobierno argentino y sociedad
argentina. Cada día que pasa es más difícil falsificar y sustituir la realidad. Los
judíos no pueden encontrar un grupo terrorista sustituto, alguien que se
autoinculpe o al que se pueda inculpar de terrorista; por lo tanto acusan al
gobierno de complicidad con el "terrorista inexistente". El gobierno, por su
parte, no puede acusar a los judíos de terroristas, porque todo su proyecto de
"globalización y de apertura económica" descansa en un "alineamiento
automático" con los EUA: lo que equivale a decir que el lobby judío-
norteamericano (el gobierno del mundo) tiene una enorme capacidad de
decisión dentro del país de los argentinos. Por su parte la sociedad argentina no
podrá seguir viviendo con la comunidad judía allí residente. Los agravios
recibidos ya no se pueden remediar. Ya no hay lugar, en la Argentina, para que
los argentinos puedan seguir conviviendo con los residentes judíos en la
Argentina, al menos con los residentes judíos o