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Norberto Ceresole
creen que los autores sagrados se han podido inspirar en ellos a la hora de expresar las relaciones de Dios y su pueblo …" op. cit, p. 45.
5.- De specialibus legibus, IV, en Obras completas de Filón, Acervo Cultural, Buenos Aires, 1975.
6.- Philippe Poutignat y Joselyne Streiff-Fenard, Théories de l ' ethnicité, PUF, París, 1995. Este libro incluye un trabajo de Fredrik Barth: Les groupes ethniques et leurs frontières.
7.- En Alemania, por supuesto, el concepto " raza " está absolutamente prohibido. Especialmente en las ciencias sociales.
8.- Peter Waldmann, Ethnischer Radikalismus. Utilizamos la traducción castellana:
Radicalismo étnico, análisis comparados de las causas y efectos en conflictos étnicos violentos, Akal, Madrid, 1997. Waldmann, catedrático de sociología en la Universidad de Augsburg, analiza los casos concretos de Irlanda del Norte, País Vasco, Canadá-Quebec y Cataluña; y define al nacionalismo contemporáneo como un radicalismo étnico. Así, la cuestión nacional, en el mundo pos-guerra fría, se manifiesta como la eclosión de etnias situadas dentro del territorio de los nuevos Estados. Así hoy se manifiesta el nacionalismo: como etnopatriotismo y etnoterritorialidad. Sin duda se trata de una definición precisa si analizamos los conflictos en el antiguo bloque socialista. No sólo en los Balcanes se manifestó-y se manifiesta- el conflicto bajo la forma de etnoterritorialidad. También lo hace en muchas otras regiones, como en el Cáucaso( chechenos versus rusos) y en Moldavia( rumanos versus rusos), para mencionar sólo a dos escenarios de conflictos. Sería un gravísimo error reducir los conflictos etnoterritoriales a meras diferenciaciones culturales. Por supuesto que ellas existen, pero como " superestructura ".
9.- Marc Augé, Un ethnologue dans le métro, Hachette, París, 1987. " Es ciertamente un privilegio parisiense poder utilizar el plano del Metro como una ayuda de la memoria, como un desencadenador de recuerdos, espejo de bolsillo en el cual van a reflejarse y a agruparse en un instante las alondras del pasado ". Toda religión, dice Zubiri, es nuestra religión. Es el pensamiento de un grupo, tribu o raza específico. Existe una articulación específica e irrepetible entre un pensamiento religioso y un grupo social " productor " de ese pensamiento.
10.- El concepto de raza que empleamos a lo largo de este trabajo es el que corresponde al utilizado antiguamente por la antropología física y, aun, por la mayoría de los antropólogos culturales. En nuestro caso está despojado de cualquier connotación- a priori- ideológica o moral. Señala simplemente un hecho que es posible medir con instrumentos diseñados científicamente. No hay ideología sin raza. El pensamiento occidental, desde Aristóteles, es la ideología de la raza blanca. La forma de producir pensamiento-entre el " mágico " y el " científico ", pasando por el religioso- es algo específico de cada grupo étnico y / o racial. La relación entre el pensamiento y la práctica social del grupo, y no tanto sus elementos bio-antropológicos, aisladamente considerados, es lo que define a una etnia o una raza. Este hecho lo señala acertadamente el filósofo católico español Xabier Zubiri, en su obra El problema filosófico de la historia de las religiones( Alianza, Madrid, 1993).
11.- La relación que establecen los mestizos mentalmente occidentalizados(" blanquizados ") con los indígenas explotados es, ante todo, una relación de dominación racial. Sobre esa base-y nunca a la inversa- se desarrolla la explotación económica, social y política.
12.- Cuando una raza oprimida por otra u otras comienza a pensarse a sí misma se produce un fenómeno absolutamente normal, tanto en el plano de lo individual como en el nivel social. Toda conciencia de sí produce el impulso hacia la independencia o la autonomía. En el plano social es absolutamente verificable que no puede existir liberación sin conciencia de superioridad, es decir, sin que el dominado adquiera previamente conciencia de superioridad. La superioridad es un pensamiento históricamente localizado, y no solamente la exaltación de uno o más rasgos físicos perennes. La liberación del proletariado que proclamó el comunismo se manifestó, en el plano cultural, como superioridad del proletariado en tanto clase-raza. Fue Ernst Nolte el primero en señalar la enorme influencia de esta conceptualización sobre la Alemania de los años 30. La idea nacionalista de raza aria, dice Nolte, no es más que una reacción a un desafío de " superioridad proletaria ". El proletariado, en versión soviética, fue una clase étnica, o una raza social.