Así bien, resalto que el
paciente es el único que
debería decidir sobre la
interrupción o prolongación de
la vida en el caso de que se
encuentre en condiciones para
hacerlo, pero para ello debe
estar correctamente informado
de su estado de salud y de las posibles alternativas. Esto es
algo que forma parte de los
derechos de la persona ya que
la petición de la eutanasia es
una decisión íntima que
depende de la consideración
de la vida que tenga cada
persona.
Si se analiza la situación de las
personas que solicitan la
práctica de la eutanasia,
encontramos, además de al
paciente, a los familiares del
mismo y a los médicos que les
atienden. En cuanto a los
familiares son ellos muchas
veces los que solicitan que no
siga manteniendo con vida a
sus seres queridos cuando en la situación que ven que se
encuentran tan sólo alarga sus
sufrimientos
innecesariamente. En cuanto a
la postura de los médicos, en
muchas ocasiones se oponen a
la práctica de la eutanasia, bien
por ir en contra de sus
convicciones o bien por miedo
a las consecuencias legales.