Entre los años 1950 y 1970, el modelo de producción fordista, de origen estadounidense, fue incorporado masivamente en las fábricas de todo el mundo occidental. Sus críticos consideraban que, asi, se iniciaba “la era del despotismo de la máquina sobre el trabajo humano “, ya que el nuevo método obligaba a los obreros a adecuar su ritmo de trabajo a la velocidad que imponía la línea de montaje.
La expansión del modelo fordista y toyotista de la organización del trabajo
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