LA ECONOMÍA DE MÉXICO EN EL TLCAN: BALANCE Y PERSPECTIVAS FRENTE AL T VOLUMEN 19-LA ECONOMIA-VERSION DEFINITIVA-17-MAYO- | Page 475
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SERGIO ORDÓÑEZ
plejo automotriz-metalmecánico-petroquímico, propio de la fase de desa-
rrollo fordista-keynesiana, lo que se traduce en un nuevo dinamismo
económico o ciclo industrial con características propias, en los siguientes tér
minos: 1) la fase expansiva del ciclo sería más prolongada y el nivel de in-
cremento de las tasas de crecimiento y aumento de la productividad se
elevaría, debido al papel dinámico de la oferta (a precios decrecientes)
sobre la demanda, la mayor integración del SE-IT con el resto de las activi-
dades económicas y la tasa más acelerada de innovación propia de la nueva
base tecnológica; 7 y 2) la fase contractiva del ciclo sería menos duradera y
recesiva, puesto que la organización de la producción en redes globales de
producción se traduce en un coeficiente menor de inventarios respecto de los
pedidos y las ventas, con lo que la dinámica tradicional de una mayor con-
tracción de la producción que de la demanda (las ventas efectivas), debido
a los inventarios, se vería contrarrestada, siendo más rápida y fácil la recu-
peración de la producción [USDC (2000) y De Long y Summers (2000)]. 8
Sobre la base de esos fundamentos, el SE-IT dinamiza la fase expansiva
de los años noventa, determina la crisis mundial del 2001 y el 2002, y en-
cabeza la recuperación posterior a partir de un proceso de reestructuración
tecnológico-productiva con consecuencias en su despliegue espacial mun-
dial y su división interindustrial e internacional del trabajo (Dabat y Ordó
ñez, 2009).
Por su parte, la reciente crisis financiera-productiva global de 2007-2009,
al estar centrada en el sector inmobiliario y las securities respaldadas en
hipotecas —como ha sido desarrollado ampliamente en otros lugares (Or-
dóñez, 2009B)—, tuvo repercusiones directas sobre el SE-IT mundial de-
rivadas de dos procesos íntimamente relacionados: 1) los efectos recesivos
sobre el conjunto de la actividad económica, a la cual el SE-IT provee de
insumos productivos industriales y de servicios en una relación de articu-
lación “hacia delante”, resultado de la disminución de la demanda mundial;
y 2) la escasez y posterior virtual congelamiento del crédito mundial, con
repercusiones adicionales sobre una contracción generalizada en la inver-
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La fase expansiva de la economía norteamericana de los años noventa tuvo una duración
de casi diez años (segundo trimestre de 1991 al segundo trimestre de 2000), una tasa de cre
cimiento media de 4.1% de 1995-2000 (contra 4.2% de 1959-1973) y una tasa media de in
cremento de la productividad de 3.2% de 1995-2000 (contra 2.9% de 1959-1973). El incremento
acelerado de la productividad se tradujo en niveles más bajos de desempleo e inflación y en
incrementos importantes del salario real (Baily, 2000).
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En la contracción económica del 2001-2002 sólo hubo tres trimestres recesivos (2000-3,
2001-1 y 3) y tuvo una duración de diez trimestres (2000-3–2002-4) (US-BEA), aunque en ello
incidió la situación de incertidumbre que se creó con posterioridad al 11 de septiembre del 2001,
derivada de los atentados terroristas, la crisis de la aviación comercial, la guerra de Irak y el
aumento en los precios del petróleo.